El parado, la pensionista y el vecino de los 'pollos'

P.C.P.
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El matrimonio detenido por liderar presuntamente la red de drogas de Quintanar de la Sierra vivía de las prestaciones del Estado, con más de 55.000 euros en metálico en sus dos casas

El teniente Pedro Martínez estuvo al frente de la operación Leno. - Foto: Alberto Rodrigo

Él lleva en el paro «igual 3 años» y recibe la ayuda de «cuatrocientos y pico euros». Su mujer «está jubilada cobrando una pensión de unos 600 euros», según declara, 500 puntualiza ella, de 51 años y con una prótesis de cadera. El matrimonio «no sabe cómo es posible» que hayan aparecido más de 50.000 euros en su casa de Quintanar de la Sierra y 5.000 en la de Burgos. Mucho menos, claro, una cantidad tal de speed en el congelador que excede la que ellos podrían necesitar para consumo propio.

Y si lo ignoran aparentemente casi todo del dinero y de la droga que la Guardia Civil halló al registrar su casa, como para saber algo de la del vecino, al que la jueza instructora señala como quien «corta y prepara» la droga que le suministra el matrimonio, «envolviéndola y precintándola por gramos (’pollos’ en el argot) para su ulterior distribución», según se deduce en las diligencias instructoras.

La operación Leno ‘explotó’ el 6 de agosto, dirigida por el Juzgado de Salas de los Infantes y coordinada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Burgos, tras más de un año de investigación y seguimientos a varios individuos, aunque finalmente fueron detenidos solo estos tres, que ingresaron en prisión. Aunque la instrucción aún se encuentra en una fase inicial, podrían enfrentarse a penas de hasta 11 años de cárcel, 9 por el delito de tráfico de drogas y 2 más por organización o grupo criminal. A los dos varones -de 47 y 56 años- se les denegó en septiembre la puesta en libertad, mientras que a la mujer se le dio esa opción, previa fianza de 50.000 euros, según los autos judiciales consultados por este periódico.

En el registro de las viviendas los agentes aprehendieron en total 285 gramos de cocaína, 1.290 de speed, 29 de marihuana, 1,5 de hachís, 9 pastillas de éxtasis y 56 pastillas de Trankimazin, así como numerosos teléfonos móviles y material para el procesamiento y venta de la droga, según la información facilitada por la Guardia Civil en el atestado.

Los registros fueron simultáneos por orden judicial y el matrimonio no estuvo presente en el de la casa de Quintanar, donde están empadronados, sino que dos vecinos actuaron como testigos, procedimiento avalado por la Audiencia Provincial de Burgos al haberse producido la detención con posterioridad a esa diligencia.

En el congelador de la nevera de la pareja había casi 900 gramos de speed, valorados en más de 23.000 euros. El resto del sulfato de anfetamina apareció en un desván situado justo encima de la puerta de acceso a la vivienda del tercer detenido. En su domicilio tenía una escalera preparada para acceder desde el descansillo a ese trastero y, aunque declaró que es una estancia a la que pueden acceder todos los inquilinos del edificio, los investigadores no han encontrado pruebas de ello, ni tampoco de que en él vivieran otros investigados en la operación Leno.

Durante los seguimientos, la Benemérita ha acumulado pruebas contra los 3 sospechosos. En los autos para denegar la puesta en libertad se relata uno que llamó poderosamente la atención a los guardias, el 2 de julio de 2019. La mujer circulaba en un Opel Insignia delante de su marido, que conducía un Hyundai Terracan. Le dieron el alto a ella -que llevaba en el sujetador un envoltorio con una sustancia blanca, aparentemente speed- y su marido ni se paró a ver lo que le había ocurrido.

También en 2019, «se produjo la detención de una persona portando diversas sustancias en cantidad predestinada al tráfico, junto con dinero en efectivo» justo en el momento en el que salía de la vivienda del tercer detenido, «lo que evidencia que el domicilio del mismo es un punto de venta de dichas sustancias, pues a escasas horas antes de esta detención se le aprehendió a él 1 gramo de speed, con el mismo envoltorio y tipo de precinto que los posteriormente incautados a aquel detenido», recalcan los jueces. Y no es la única persona que ha sido sancionada por tenencia o consumo de sustancias estupefacientes a la salida de ese edificio quintanaro, con entradas y salidas frecuentes de consumidores, algunas grabadas en vídeo.