Al edificio anejo al Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) de Villafría, situado en una zona boscosa de desconocida belleza para muchos burgaleses y ubicado junto al aeropuerto y donde antaño estuvo alojada la Milicia Aérea Universitaria (MAU), no le dejan de salir novias. El vicealcalde, Vicente Marañón, recuerda que ya mostraron interés por estas instalaciones la Universidad de Burgos (para el desarrollo del Grado en Piloto de Aerolínea para el Transporte de Carga y Pasajeros) y la escuela de pilotos Flyby, así como una empresa de videojuegos que se mostró atraída hace algo más de un año por el inmueble. Un interés al que ahora se suma el de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil que ha expresado, según el número dos del Ejecutivo local, su deseo de ubicarse en este espacio.

Aunque aún no se adoptado ninguna decisión sobre el futuro del inmueble, Marañón, en una visita reciente al mismo, aseguró que es intención del equipo de Gobierno «ponerlo en valor y darle un uso». Eso sí, lo primero que tienen que decidir es quién será el inquilino. Y aquí, no descartan siquiera una licitación del inmueble para cederlo mediante una concesión, un alquiler...

A primera vista, el exterior del inmueble presenta un estado de conservación aparentemente razonable. Pero eso es solo una primera impresión ya que en el Ayuntamiento saben que la cubierta de uralita representa un problema. Bien porque habría que revestirla con algún material que impermeabilice este material (se considera peligroso para la salud), bien porque es probable que hubiera que retirarla por completo y ejecutar un nuevo tejado.

No parece que la uralita alarme en este momento en el número 1 de la Plaza Mayor ya que en la visita a las instalaciones se pudo apreciar que en las mismas hay jóvenes que reciben formación de albañilería por parte del Ayuntamiento y que obtienen la energía de un generador de combustible ubicado a la puerta del inmueble.

El interior, al que nunca se le llegó a dar uso, sirve a los aprendices para levantar paredes (sin mayor uso) y es utilizado como almacén por varios servicios municipales.

Sorprende ver allí un espacio con decenas de sillas de ruedas amontonadas y en aparente buen estado, otro en el que se acumula medio centenar de máquinas de los gimnasios municipales que han sido sustituidas por otras más modernas y también decenas de bicis del servicio de préstamo de bicicletas que dejaron de utilizarse y a los que no se les ha dado salido.

Al fondo, sorprende la presencia de colchones apilados, de carrozas de alguna cabalgatas...

Recuperar un uso para el inmueble, más allá de como almacén, exigirá, con toda seguridad, una inversión de varios millones de euros y aunque la voluntad del Ejecutivo es la de recuperarlo, está por ver si en los apenas 10 meses que restan de mandato se da algún paso decisivo. 

Todo ello, en un contexto en el que el Ayuntamiento sigue asegurando que quiere dejar el CEEI, mientras la Diputación, el otro socio, parece ser más proclive a su permanencia. La Universidad Isabel I se quiere unir y la Junta de Castilla y León ha afirmado que hará lo que haga falta para que no desaparezca.