El aumento de viñedo hace temer un desplome de precios

Adrián del Campo
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Los viticultores admiten que la uva no sufre la devaluación en origen de otros cultivos, pero piden frenar las nuevas plantaciones para seguir viviendo del campo

Hileras de viñedo de la Denominación de Origen Ribera del Duero. - Foto: Valdivielso

Cuando la lucha del campo por unos precios justos ha saltado a la primera plana nacional, sorprendiendo al gran público al conocer que el coste de los productos agrícolas se incrementa hasta un 800% desde que son vendidos por el labrador hasta que llegan al supermercado, en la Ribera es obligado mirar a las viñas. Los viticultores y las diferentes organizaciones agrarias admiten que hoy no existe este problema, que "la uva sigue siendo rentable", pero que podría trasladarse al cultivo estrella de la comarca si "hay una acumulación de oferta", es decir, un exceso de bayas.

Para evitar que el mercado cambie y se torne similar al de otros sembrados como puede ser el del cereal, los viticultores ven fundamental frenar el crecimiento de nuevas plantaciones que se está dando en el sur de Burgos. "Ahora mismo el peligro que hay es que tenemos que seguir creciendo, está claro, pero tiene que haber un crecimiento sostenido para no masificar", advierte el coordinador estatal de la Unión de Uniones de Agricultores, el ribereño José Manuel de las Heras.

El también viticultor apuesta porque la Denominación de Origen Ribera del Duero no crezca "más del 1%" marcado por Europa,  "unas 230 hectáreas al año". Cifra que queda muy lejos de "las 980 hectáreas que se van a plantar este año". De las Heras incide en que a Ribera "siempre le dan más de ese 1%" y añade que además en esta DO "no se han prohibido los transfers de otros sitios, por lo que en teoría esas 980 se pueden convertir en mucho más".

De las Heras avisa de que subir las nuevas autorizaciones de viñedo "de forma continuada durante muchos años puede generar un desequilibrio" entre la oferta y la demanda, o lo que es lo mismo, crear un excedente de uva que permita bajar los pagos a los viticultores por la materia prima. El coordinador de Unión de Uniones no apuesta por "pararlo todo", como ha sucedido "en Rueda", apunta, sino que defiende un "crecimiento sostenido de unas 230 hectáreas, por lo menos en un plan de 2-3 años".

La advertencia que llega desde el sindicato mayoritario en el campo de Burgos la respaldan otras organizaciones como COAG, donde su coordinador provincial, Cristian Martínez, destaca la importancia de que la regulación del viñedo se mantenga. "Si se liberalizara podría pasar lo mismo que con otros cultivos, como los hortícolas o el cereal, donde hay un problema grave de precios", explica. También viticultores de la Ribera remarcan este aspecto, explicando que ahora pueden vivir con 15 hectáreas y que el viñedo está fijando población joven en los pueblos. "Hay una gran diferencia entre las localidades con viñas y las que no las tienen", sentencia Daniel, un viticultor de Ribera del Duero.