«Queremos crecer en calidad»

R. PÉREZ BARREDO
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ENTREVISTA | Héctor Aguilar, director del Festival Tribu

Héctor Aguilar, director del Festival Tribu. - Foto: Valdivielso

Héctor Aguilar exhibe prudencia sin ocultar ambición. Lo cierto es que el Festival Tribu va a cumplir su octava edición asentado y con muchas expectativas puestas en el nuevo espacio que acogerá el grueso de esta cita, La Parrala. No olvidarán la ciudad, esecial en la filosofía del Tribu. No tienen otro techo que el de la calidad.

Ebrovisión en el norte, Sonorama en el sur y el Tribu en el centro. Un festival que parece haberse asentado y bien...
Pues la verdad es que sí. Llegamos a la octava edición y con la idea de seguir creciendo como hemos venido haciendo: pasito a pasito, con cabeza. Pero creciendo más en calidad que en cantidad.

¿Qué hace de Tribu un festival diferente?
Diferente es por su concepto urbano. Siempre ha sido un festival que ha priorizado el tener presencia en las calles de la ciudad. Ha sido accesible, adaptándose siempre a personas con diversidad funcional. Este año, que vamos a estar en La Parrala, hay una terapeuta ocupacional que va a diseñar todos los recorridos para que las personas con movilidad reducida puedan moverse con facilidad dentro del festival. Son cosas que cuidamos con detalle. Y la calidad de los grupos, claro. Eso siempre es la base de la programación, orientada a la música de raíz contemporánea. Es una seña de identidad. 

Y no es sólo música, Tribu...
Exacto: gastronomía, cine o el arte urbano, que es otro de las claves. Y la ciudad es parte del festival, el escenario. El patrimonio nos ha interesado siempre, hemos tenido escenarios por todos los sitios de la ciudad, buscando que el entorno sea casi tan importante como el contenido.

La gran novedad es que La Parrala se va a convertir en el centro neurálgico del festival. ¿Qué expectativas tiene?
Para crecer un poco hemos tenido que buscar un espacio de esas características, pero seguiremos teniendo presencia en la ciudad con conciertos gratuitos, arte urbano y otras actividades que iremos desgranando durante los próximos meses. Es cierto que el festival traslada el grueso de su programación a La Parrala pero sin olvidarnos de dónde viene, de que la base es el vínculo con la ciudad. Es un festival abierto a un público familiar. Y queremos potenciar eso, y que haya gente que venga a conocer Burgos a partir de nuestra oferta musical.

¿Cada vez viene más gente de fuera de Burgos?
Sí. El año pasado, que fue muy complicado -posiblemente el peor de la industria musical y cultural- tuvimos un 35 por ciento de asistentes de fuera de Burgos. Y eso que fue un festival muy reducido, marcado por las restricciones de la pandemia. Lo consideramos un éxito y este año esperamos incrementarlo.

Con estos dos años tan complicados...¿llegaron a pensar que podía ser el fin del Tribu?
No me gusta ser negativo. Y no nos podemos quejar, porque conseguimos adaptar el festival a las circunstancias (si bien es cierto que en 2020 no pudo celebrarse). Pero en 2021 hicimos un ciclo maravilloso en el Principal con artistas emergentes que fue muy interesante y bien recibido y una edición especial del festival con nombres como Los Planetas o María Arnal. No podemos lamentarnos mucho, aunque hubo una importante reducción de personal que se traduce en profesionales del sector que no están trabajando. Y eso sí que fue lamentable. Esperamos que este sector empiece a remontar. No debemos olvidar que es un sector que emplea a 700.000 personas en este país. Ese sector supone el 3,4 por ciento del PIB. Es decir, que es una industria. Este año va a ser complicado, pero confío que en los próximos años remonte. Hay ganas por recuperar nuestra vida anterior.

¿Ya han vendido muchos abonos?
El que sacamos el primer día se agotó en menos de 24 horas. Tribu acoge unas 3.500 personas cada uno de los tres días del festival. Y eso que es un espacio que daría para mucho más, pero preferimos que la gente esté cómoda, que no haya aglomeraciones. Pensamos en un público más bien adulto, que pueda disfrutar en familia, con niños pequeños. Aún queda tiempo, pero estamos contento con el ritmo que llevamos. Y queda por anunciar la mitad del cartel.

¿Y habrá sorpresas?
Sí, sí. Queda por anunciar el cabeza de cartel internacional del festival y otros dos artistas nacionales muy importantes. Y temas de arte urbano. Queda mucho por anunciar.

¿Ayuda tener como vecinos y cómplices a Sonorama y Ebrovisión? ¿Son un espejo, un referente?
Para nosotros son un ejemplo de buen hacer. Llevan muchos años, y creciendo. Se han convertido en referentes en sus ciudades. No se conciben Aranda y Miranda sin Sonorama y Ebrovisión. Han construido algo que va más allá de la música. Son un sello de calidad. Ambos empezaron desde asociaciones como la nuestra y priorizando la calidad. Tenemos muy buena relación con ellos. Y la pandemia nos ha unido: hemos creado la Asociación de Festivales de Castilla y León. Estamos apoyándonos mutuamente y trabajando juntos para el futuro con muchas ideas a distintos niveles.

¿Aspira Tribu a convertirse en referente también? ¿En que, más allá de la Catedral o Atapuerca, la gente venga por el festival?
Sí, por qué no. Aunque no lo busquemos expresamente. Nos encantaría que así fuese, aunque Burgos tiene muchos motivos para que sea visitada. Pero quizás sí falten referentes para un público más joven con cultura más actual y más vanguardista.

¿Sienten que han llenado un hueco?
No era nuestra pretensión. Cuando empezamos lo planteamos como un encuentro cultural, sin saber adónde nos llevaría. Pero trabajamos y crecemos en lo que podemos. No queremos un festival masivo. No lo vamos a ser. Este año es un techo que no tenemos intención de superar en los próximos años. Aunque vendamos todos los abonos, no aumentaremos los aforos el año que viene.

Han tenido problemas con la administración por un asunto de una subvención... ¿Se han resuelto?
A medias...

Qué amargura...
Nos hizo plantearnos abandonar... En 2015 teníamos un compromiso con el IMC, y ya empezado el festival nos comunicaron que no tenían la partida, que la derivaban al Plan Estratégico; éste se disolvió, y desde entonces arrastramos una deuda de 21.000 euros que hemos asumido los socios de manera personal. El asunto está en tribunales todavía. 

¿Sienten falta de apoyo?
La verdad es que no. Aquel fue un año duro, pero desde entonces el apoyo institucional ha ido creciendo en proporción al festival. 

¿Se ha calculado el retorno económico que tiene Tribu?
2019, el último sin pandemia, fue de 1,5 millones de euros: 24 euros de retorno por cada euro público. Está muy bien.

¿Y con un presupuesto de...?
120.000 euros. 

¿Cuál es el de este año?
Cercano a los 300.000 euros. Se va a notar en todo.