«Ya estamos pensando en el Ebrovisión del futuro»

R. PÉREZ BARREDO / Miranda
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ENTREVISTA | Ramiro Molinero, director de Ebrovisión

Ramiro Molinero, director de Ebrovisión. - Foto: Valdivielso

Dice Ramiro Molinero que no hay nada comparable a la música en directo. Que cuando uno asiste a un concierto es algo irrepetible porque no hay ninguno igual. Tras dos años de infierno, vuelve Ebrovisión, que alcanza, nada menos, que su vigésima edición. Todo un lujo. Es afable, encantador y tranquilo, y destila pasión por la música y por su tierra.

Ebrovisión va a celebrar su vigésima edición. ¿Es un sueño? ¿Ha sido como un milagro?
Es un sueño que nació hace más de 22 años con un grupo de amigos que querían traer a Miranda conciertos porque no había nada; si querías ver algo, tenías que moverte. Después de un verano festivalero pensamos que Miranda también podría tener un hueco, un festival propio, y que viniera gente a la ciudad. Y disfrutar de la música que nos gustaba. Pero nunca llegamos a pensar que esto pudiera durar lo que está durando.

Y con el éxito con el que lo está haciendo... Ebrovisión ya es una fecha marcada en el calendario para los musiqueros.
Sí, la verdad es que creemos que Ebrovisión es un festival diferente. La locura que nos ha dejado hacer el público de celebrar el veinte aniversario sin anunciar un solo grupo... Ningún festival lo ha hecho en este país. Es algo que nuestra gente nos permite hacer: lo que queramos. Eso nos llena de orgullo y nos da satisfacción ver que el trabajo que se ha hecho funciona. La línea artística que siempre ha cuidado el festival, siempre definida en los grupos, es valorada. Y el público es como una gran familia.

En este tiempo se han tenido que profesionalizar...
Claro. Eso ha supuesto un esfuerzo enorme. Por la asociación han pasado más de 150 personas que han puesto su granito de arena. La organzación de un festival como Ebrovisión hoy es un no parar, no puedes empezar tres meses antes. Te metes en una rueda de todo un año y ya no puedes parar. Es una vorágine, y tienes que sacrificar muchas cosas porque todos tenemos nuestros trabajos. Pero desde luego, la nuestra ya es una profesionalización cien por cien, haciendo de todo, desde pegar carteles y limpiar un baño a hablar con mánagers.

¿Cómo de duros han sido estos dos años? ¿Se corrió el riesgo de no volver a hacer el festival?
Lo que siempre tuvimos claro es que, en cuanto se pudiera, volveríamos a hacer el festival. A nivel asociativo somos de los colectivos más potentes de Miranda en el ámbito cultural. Y nos vemos con esa obligación y responsabilidad de seguir apostando por la cultura. No dejamos de programar conciertos pese a todo, aunque fueron totalmente deficitarios. Pero nos veíamos en la obligación de tirar para adelante. Y lo que tenemos claro es que la industria se ha visto muy golpeada por esta situación de crisis sanitaria. Gracias a que nosotros vivimos de otras cosas, pero mucha gente de la industria se ha tenido que buscar la vida en otro sitio porque su trabajo se ha truncado. Y se han perdido por el camino muchos profesionales.A ver si van volviendo. Pero este año, por lo que se comenta en el sector, nos vamos a encontrar muchos técnicos de luces, por ejemplo. Hay complicaciones en ese sentido. 

¿De verdad que no puede contar nada de esta edición especial?
Nada, nada. Pero va a ser excepcional porque nunca se ha hecho algo así. 

¿Han vendido muchos abonos?
Quedan unos 400 para que se venda todo. Y hablamos de tres días de festival para 20.000 personas. Y la gente no sabe lo que a a ver. Hay muchas ganas de disfrutar.

¿Se ha visto mermado vuestro presupuesto?
No. Este año había que tirar la casa por la ventana. Lo teníamos claro. Las instituciones se han vuelto a poner las pilas con las subvenciones después de estos dos complicados años. Tenemos buena relación con las instituciones, pero para recibir ayudas tienes que tener un buen proyecto, un proyecto que sea interesante. Hace veinte años el Ayuntamiento era la única fuente, o la principal. Ahora tenemos a la Diputación, a la Junta, al Ministerio de Cultura, los Fondos Europeos... Una asociación como Rafael Izquierdo se presente a siete subvenciones. Ya sólo el trabajo que conlleva eso es increíble.

¿Los patrocinadores también se han portado?
Pues la verdad es que no les estamos presionando mucho, porque muchos de ellos son locales y sabemos que lo han pasado jodido. Lo vamos a dejar en sus manos. El que quiera y pueda colaborar, aquí estamos. Aquí no hay 'impuesto revolucionario'.

¿Es Ebrovisión, junto al Mirandés, no sólo dos de los principales orgullos de la Miranda, sino dos factores generadores de riqueza en una ciudad especialmente castigada en los últimos lustros?
Sí, lo tenemos claro. Ebrovisión es una fecha importante para todos los mirandeses, los que viven aquí y los que están fuera. Sabemos que es una inyección económica importante para la ciudad. Y para muchos empresarios es un reclamo. Ebrovisión es marca de ciudad. Mucha gente conoce esta ciudad por el festival, que ya es muy reconocido a nivel nacional. 

Por eso nunca ha fallado el apoyo institucional.
No, pero es que en veinte años también ha cambiado mucho la película. Aquellos chavales veinteañeros que llamaron un día a la puerta del concejal de Juventud, Borja Suárez, que apostó por ello desde el principio, no tienen la fuerza de ahora. Ahora hay un respaldo mayor, de gente, mediático. Eso se nota. Es más fácil.

El retorno económico para Miranda es importante...
En los años normales son unos dos millones de euros. El público de Ebrovisión está entre los 25 y los 40 años, y es gente que se puede permitir gastar.Y eso se nota. Se nota en todo: hoteles, bares, restaurantes. 

¿Se imagina otros 20 años?
Lo que me imagino es que, después de estos 20 años, va a haber un punto de inflexión. Llevamos tiempo madurándolo. Tiene que haber un cambio que va a ser a mejor, pero también distinto. ElEbrovisión siempre ha sido un festival que ha mutado, y hay que innovar y tratar de ser distintos, salirse de la línea que marcan los demás o lo que es más normal en est mundo. En eso estamos trabajando.En un Ebrovisión distinto, un Ebrovisión del futuro.

¿Habla de crecer o de darle una vuelta entera al festival?
Crecer, sí, pero en lo que siempre hemos crecido: en la calidad y en la cercanía. No se trata de cantidad, sino de comodidad. A Ebrovisión le hace diferente la línea artística y el trato que damos.La gente se siente parte fundamental del evento. Somos una gran familia. En ese camino vamos a seguir trabajando para próximas ediciones.