No se trata de una moda, como ocurre en otras enseñanzas superiores que registran picos de interés sin responder a una razón concreta. En este caso, la demanda se mantiene constante y sostenida en el tiempo, con mínimas oscilaciones entre cursos que siempre terminan compensándose. Los datos así lo evidencian, con una media anual de 48 jóvenes burgaleses que salen de su provincia para estudiar el grado de Medicina, de tal forma que la cifra global asciende a 481 en una década, incluido este curso académico, cuando han iniciado la carrera 50, según los datos facilitados por la Universidad de Burgos a partir de los traslados de expedientes de los alumnos que superaron la EBAU y que aún continúan a pesar de lo avanzado de las clases.

El volumen de jóvenes que se ven obligados a salir fuera para cursar estos estudios no pasa desapercibido para la institución local, que lo considera «muy elevado», además de contemplar otra serie de circunstancias que afianzan la reivindicación histórica de esta titulación. «No solo se trata de una razón cuantitativa, sino que existen otros intangibles cualitativos que lo confirman, como el hecho de que hay estudiantes burgaleses que, aunque cuenten con nota de acceso para entrar, no pueden hacer las maletas por circunstancias personales, familiares o económicas, pero que sí que lo cursarían si lo ofertara la UBU», manifiesta la vicerrectora de Estudiantes, Verónica Calderón Carpintero.

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La vicerrectora de Docencia asegura que se trabaja en el título desde hace seis años con conversaciones con el ámbito sanitario para garantizar recursos materiales y humanos.

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Las plazas MIR de la Comunidad podrían absorber alumnos de una facultad más

Castilla y León fue este año la comunidad autónoma que más plazas de médico especialista (MIR) ofreció de toda España por cada 100.000 habitantes. Según los datos del Ministerio de Sanidad conocidos en enero -a las puertas de realizarse el examen para que los recién graduados accedieran a seguir formándose en el sistema nacional de salud- puso a disposición 735, conseguidas, como reconoce todo el sector, gracias a la gestión de la antigua consejera de Sanidad, Verónica Casado, que hizo valer su experiencia de años como presidenta de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Esto hizo no solo que la comunidad se pusiera a la cabeza del país sino que ofreciera dos plazas de especialista por cada estudiante (360 en total en el curso 2021-22 en las universidades de Valladolid y Salamanca).

Los datos, pues, señalan que la Comunidad tendría la capacidad para formar -si es que todos se quisieran quedar en estas plazas- a un mayor número de estudiantes y que los alumnos del hipotético tercer grado de Medicina, por el que tan decididamente apuesta Burgos, no tendrían problemas para trabajar en la provincia si así lo desearan aunque, lógicamente, en lid con el resto de aspirantes de toda España ya que la elección del hospital y la especialidad en que formarse se hace a nivel nacional.

(Más información sobre estos temas y testimonios de estudiantes emigrados, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)