La reencarnación de lo cotidiano

I.L.H.
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Ventiladores y placas de ordenadores, latas, tapones y discos compactos recobran la vida y su dignidad bajo la belleza estética que les otorga Carlos Humada. En San Juan hasta el 28 de agosto

Carlos Humada expone veintitrés piezas en un recorrido que, además de artístico, es didáctico y pedagógico por el uso que hace de los materiales. - Foto: Jesús J. Matías

No recicla, reutiliza. No obtiene otra cosa de los objetos que iban a ir a la basura, sino que les hace reencarnarse en otro ser: en piezas artísticas que requieren maestría para elaborarlas e imaginación para darles vida. Usted y yo quizá solo seamos capaces de ver un tapón en el tapón, pero Carlos Humada ve flores, meninas, corazas, cascos y hasta una postal urbana. 

Cinco años después de que hiciera una exposición monográfica con obras creadas íntegramente con los elementos de los ordenadores, el que fuera técnico informático en el Ayuntamiento ha ampliado los objetos a reutilizar y se ha vuelto más versátil.

En el sala de exposiciones del monasterio de San Juan ha plantado todo un jardín de flores que son tapones, cuelga ramilletes a partir de las chapas de las cervezas e idea pétalos con los discos compactos. Sin salir de la naturaleza, utiliza 24 latas para dar forma al tajinaste típico de Canarias y crea distintos brotes con esos envases.

Antes de hallar otro aroma para esos objetos, la exposición La presencia restituida homenaje a Velázquez con 351 ventiladores y rejillas protectoras de los ordenadores: «Empecé almacenando este tipo de piezas por mi trabajo como técnico informático. Las guardaba por si me servían para arreglar algún ordenador. Y un buen día me las imaginé de otro modo», señala  quien es capaz de hacer que un teclado domine a los dedos de una mano, en lugar de que sean estos quienes dirijan las teclas. «No guardo las piezas para hacer algo concreto. Las tengo y de repente se me ocurre lo que hacer con ellas», añade para explicar su modo de trabajo.

Como no le gusta tirar nada, ha reutilizado los botes de silicona para crear un volcán en erupción.Y que conste que le dio forma un mes antes de que ocurriera lo de La Palma. Con la parte inferior de las latas hilvana un casco y una coraza a su medida. Y con los corchos de las botellas podría homologar un nuevo tipo de casco para la bici y la moto como los que coloca en la muestra sobre un espejo para que se vea el material con el que están hechos.

Tiene también en este recorrido didáctico y pedagógico por las reencarnaciones de los objetos un precioso pavo real cuyo plumaje está moldeado con las lamas de un somier que se encontró en la basura: «Lo que he hecho, y lo explico en las cartelas, es separar las lamas y darles forma poco a poco con agua». Creatividad al servicio de su destreza

Tan grande como el pavo es la ciudad de 81 edificios que construye con 1.800 tapones, y el valle egipcio de Guiza, que coloca sobre la arena usando las placas base de los ordenadores para idear las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos que hizo flotar en el Jardín Secreto de Oña.

Carlos Humada consigue hacer resucitar a unos objetos condenados a la basura y en su reencarnación les otorga la dignidad que quizá nunca tuvieron. Hasta el 28 de agosto, de martes a sábados, de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas; y domingos y festivos de 11 a 14 horas.