Las víctimas de Angrois buscan justicia

David Alonso
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Javier García, padre de uno de los fallecidos en la región del siniestro ferroviario de hace casi una década, reconoce que llega hoy al inicio del macrojuicio dudando que «se haga justicia»

Estado en el que quedaron los vagones del Alvia Madrid-Ferrol tras descarrilar el 24 de julio de 2013 en la curva A Grandeira de Angrois. - Foto: Ical

Veinticuatro de julio de 2013. Faltan poco menos de 20 minutos para que el reloj marque las nueve de la noche cuando el Alvia 04155 que cubre el trayecto Madrid-Ferrol entra en la Curva A Grandeira de Angrois (Santiago de Compostela) a 191 kilómetros por hora y descarrila por completo. Ochenta muertos y 144 heridos fue el trágico balance de la mayor tragedia ferroviaria de la historia de España, solo superada por la catástrofe de Torre del Bierzo (León) de 1944. Nueve de las víctimas mortales eran de Castilla y León.

Hoy, nueve años, dos meses, y nueve días después, arranca el macrojuicio en la Cidade da Cultura (Santiago), con la previsión de que dure casi un año y por el que desfilarán 669 personas entre testigos, peritos, letrados y los dos únicos acusados: Francisco Garzón, el maquinista, y Andrés Cortabitarte, responsable de la seguridad de ADIF. «Llegamos con una sensación agridulce porque va a haber juicio, pero tenemos dudas de que vaya a haber justicia», reconoce a este periódico Javier García Municio, padre Francisco Javier García, el joven segoviano de 27 años que falleció en aquella fatídica curva santiaguesa, y que está integrado dentro de la Asociación Plataforma Víctimas Alvia 04155.

«Con todo este tiempo transcurrido, hay personas que eran padres, hermanos de las víctimas que ya han fallecido, y que no van a tener justicia. Para ellos no hay justicia», lamenta por teléfono desde Santiago, hasta donde se ha desplazado para acudir a la macrocausa. «Sensación de dolor». Así describe lo que siente a escasas horas de que arranque el juicio sobre el accidente en el que perdió la vida su hijo y al que llega con una idea clara: «No podemos consentir que vengan aquí y digan que todo estaba bien. En Angrois había un agujero de seguridad importante».

Y es que este es el eje central de sus reclamaciones a nivel personal, y como asociación, que arremeten contra la «versión oficial» del Gobierno –en aquél momento presidido por Mariano Rajoy–, y señalan directamente a la, entonces, ministra de Fomento, Ana Pastor. «Queremos que se sepa la verdad y no que triunfe la versión de que el maquinista es el único responsable. Porque no es así, si otras personas hubieran hecho bien su trabajo no se habría producido esta tragedia». Hace mención en este punto a la eliminación del sistema de frenado ERTMS por parte de Adif para evitar retrasos como una de las «grandes negligencias ocultas» de todo el proceso.

De sus palabras se destila una sensación de resignación ante lo que creen que será un «juicio sin justicia». No así de venganza o rencor. «No quiero que les caiga una pena de prisión, sino que pidan perdón y reconozcan los múltiples errores que se cometieron». En cualquier caso, Javier García Municio sí que establece diferencias entre los dos únicos acusados por la tragedia de Angrois. «El maquinista reconoció su error y nos pidió perdón a las víctimas, pero el mayor responsable de la seguridad de Adif se negó a declarar y todavía no nos ha pedido perdón».

Reconoce por último que la herida, «con el tiempo», ha cicatrizado. Aunque no puede ocultar el «dolor» que todavía le persigue. «Lo que sentí aquel 24 de julio es tan profundo y doloroso que me lo guardo para mí».