Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Matar a la oposición

09/11/2022

El pasado domingo tuvieron lugar en Nicaragua unas elecciones municipales en las que el Frente Sandinista, el partido dirigido por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, lograron vencer en todos los municipios del país. En los comicios votó apenas el 17% del censo, con la presencia de los partidos títeres para dar idea de competición electoral, con los dirigentes de la oposición encarcelados o en el exilio y con los medios de comunicación censurados. Por mucho que la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso compare la España gobernada por el gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez con el régimen autocrático nicaragüense, cualquier similitud es mera coincidencia, por mucho que se pregone que el 'sanchismo' quiere colonizar todos los resortes del poder para luego "matar a la oposición", porque Sánchez se quiere perpetuar en el poder, como si las elecciones en nuestro país pudieran ser manipuladas o las encuestas no revelaran que los partidos del gobierno no atraviesan su mejor situación política y electoral y que existe sensación de cambio de ciclo.   

Con las últimas declaraciones de la presidenta madrileña, que tras unos meses de tregua ha vuelto a mostrar que es un contrapoder al que tiene su sede en la calle Génova, por su empeño en confrontar directamente con Pedro Sánchez, con lo que condiciona el discurso de Alberto Núñez Feijóo y le impide avanzar en su propósito de mostrar una imagen de moderación y pactista, aunque tampoco se atrevió a terminar con el primero que tenía sobre la mesa, la renovación del Consejo General del Poder Judicial porque, entre otros, Díaz Ayuso se lo impidió.  

La situación de precariedad por la que atraviesa la atención sanitaria de urgencias en la atención primaria de la Comunidad de Madrid, ha provocado una sobreexposición mediática que ha aprovechado para justificar los cambios continuos que ha mantenido sobre la forma de abordar el caos que se ha producido en las últimas semanas y que ha conducido a una huelga de los profesionales que dura ya varios días, a lo que ha añadido los consabidos ataques al autócrata Pedro Sánchez, que es su principal baza política.  

Con Núñez Feijóo de gira por varios países hispanoamericanos en la que ha apostado por alcanzar acuerdos con el Gobierno, aunque señale su imposibilidad por la actitud del Ejecutivo, y con Díaz Ayuso oponiéndose a ellos, es evidente que el PP comienza tener un problema de coherencia en sus mensajes que puede ser la antesala de una nueva lucha por el poder en el partido primogénito de la derecha, en la que una parte de la militancia sigue viendo a Díaz Ayuso como la lideresa que quieren al frente. No obstante, sus exageraciones -España es Nicaragua- ponen de manifiesto que no todo vale para hacer oposición, que es preciso tener discursos más elaborados y presentar resultados en la gestión de los problemas. Y en el de la sanidad no ha logrado superar la imagen de que sus soluciones van en la línea de desmantelar la sanidad pública, favorecer a la privada, al tiempo que tampoco convencen sus soluciones imaginativas, como las videoconsultas para que no sea necesaria la presencia de facultativos en los centros sanitarios, por muy modernas que sean.  

Feijóo ha decidido no reconvenir el último desbarré de Díaz Ayuso. Cuando se decida a hacerlo, quizá sea tarde.