Guillermo Arce

Plaza Mayor

Guillermo Arce


La estación necesita ciudad

08/12/2022

A pesar de los retrasos históricos y de lo mucho que queda por hacer, la llegada del AVE a Burgos es la noticia de 2022 y ocupará un lugar destacado en nuestra historia local. Pese a ello, la sensación casi cinco meses después de aquel histórico 21 de julio en el que Felipe VI inició una nueva época es que poco o nada ha cambiado: servicios escasos, viajeros a cuentagotas y un sinfín de inconvenientes y nuevos retrasos para prolongar la línea hacia Vitoria, su destino natural. Pero no todo es achacable al Gobierno central, a Renfe o el Adif; la ciudad, el Ayuntamiento, también tienen su parte.

La estación Rosa Manzano, hermosa en su arquitectura, no se ha quitado de encima su complejo de apeadero de diseño ni con la alta velocidad. El viajero que llega o el que parte lo hace con la sensación de que la ciudad es totalmente ajena al ferrocarril y no solo por la lejanía física de Burgos, sino por la frialdad de unas instalaciones vacías en la mayoría de sus locales. El que llega a Rosa Manzano solo encuentra campos de cultivo, o de maleza, un aparcamiento artificialmente abarrotado de coches y -siempre- una larga distancia hacia su destino final. ¿Quién se queda en Burgos ante este frío panorama?

A diferencia de cuando Rosa Manzano entró en funcionamiento, Villímar, Vista Alegre y todo el entorno de la avenida Castilla y León están plenamente habitados y pronto tendrán el bullicio y la actividad propias de una zona residencial viva. Falta por desarrollar el enlace urbano (y humano) a la estación, el cordón umbilical que provoque que el ferrocarril 'entre' a las calles del centro histórico. Y no queda otra que acercar la ciudad -los servicios, el comercio, la hostelería, la ornamentación- a los andenes del tren con proyectos urbanos dignos de Burgos. Son muchos miles de millones invertidos en vías como para no sacar el máximo provecho de ellos ya.