La UBU ensaya un test no invasivo en personas contagiadas

B.G.R.
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El proyecto está liderado por Saúl Vallejos y cuenta con la financiación de la Fundación la Caixa

Vallejos, en su laboratorio en una imagen de archivo. - Foto: DB

El grupo de investigación Polímeros de la Facultad de Ciencias de la UBU prosigue sus estudios para la detección y/o monitorización de virus, bacterias y enfermedades graves, con el SARS-CoV-2 como principal objeto de atención. El trabajo llevado a cabo en el laboratorio ha dado sus resultados y ha permitido desarrollar un test sencillo y no invasivo orientado a su uso generalizado en la población. La semana pasada recibió el visto bueno de la Comisión de Bioética de la institución docente para poder dar el siguiente paso en el proyecto.

Este consiste en realizar un ensayo en personas que han dado positivo en coronavirus en las últimas 48 horas, ya sea mediante un prueba PCR o un test de antígenos, así como aquellos que presentan síntomas leves. El director del estudio, Saúl Vallejos, asegura que, hasta el momento, los resultados están siendo satisfactorios, si bien precisa que después será necesario analizar todos los datos recabados para «poder sacar las conclusiones».

Este método consiste en una especie de etiqueta, en forma de disco, en la que se deposita la saliva, de tal forma que se produce un «cambio de fluorescencia» en el caso de que el resultado sea positivo. El ensayo se ha anunciado a través de las redes sociales, involucrándose también el Ayuntamiento de Villadiego en lanzar un bando municipal de participación, ya que Vallejos es natural de dicha localidad. La respuesta ha sido mayor de la esperada, teniendo en cuenta que «no se trata de un estudio médico en el que se necesitaría a miles de personas». Por el momento, «vamos sobre la marcha», aunque existe la posibilidad de poder llegar a realizar la prueba a 50 ciudadanos.

Vallejos explica que se trata de una «prueba de concepto» para demostrar que dicho método «funciona», aunque no existe en un principio intención por parte de la UBU de patentarlo. «Se están diseñando muchos test y creemos que no pasaría los filtros de lo que requiere una invención», comenta. No obstante, añade que la siguiente parte del proceso pasa por abrirlo al mercado por si hay empresas interesadas en comercializarlo.

El proyecto cuenta con un presupuesto de 85.000 euros, en cuya financiación participa la propia Universidad y la Fundación la Caixa. Forma parte de un estudio más ambicioso que incluye el desarrollo de componentes para la detección del virus en superficies.