La mitad del empleo eliminado en 2020 operaba en hostelería

G. ARCE
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Sanidad y construcción salvan el año de la pandemia con una afiliación a la Seguridad Social positiva. El comercio aguanta plantillas, aunque es la actividad que más autónomos pierde

La restauración ha soportado la mayor pérdida de empleo el pasado año. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La hostelería ha pagado los platos rotos del año del coronavirus y lo ha hecho con creces, muy por encima del resto de sectores productivos. Más de la mitad de los asalariados desaparecidos en 2020 trabajaban en bares, restaurantes y alojamientos hosteleros y 1 de cada 4 autónomos que han dejado de cotizar al sistema público regentaban establecimientos vinculados al ocio, el turismo y la movilidad de las personas. En el lado contrario, las actividades sanitarias y de servicios sociales, las de gestión administrativa y la construcción finalizan el año de la pandemia en positivo, con más cotizantes medios al mes que en enero, aunque su balance no puede compensar -ni de lejos- las pérdidas de empleo generadas en la mayor parte de la economía provincial.

La foto que permite la comparativa estadística de los cotizantes medios a la Seguridad Social de enero y diciembre de 2020 deja un saldo negativo de 1.703 asalariados y 155 autónomos menos en la provincia. Burgos alcanzó el último mes del año de la covid los 113.654 cotizantes medios al mes al Régimen General y 27.175 al de autónomos.

El 25% de los trabajadores por cuenta ajena forman parte de las plantillas de la industria manufacturera (28.431 de media en diciembre), el 14% operan en sanidad (15.717), el 13% en comercio y reparación de vehículos (14.679), el 8% en actividades administrativas (9.059), el 7,4% en educación (8.424) y el 6% en la hostelería (6.734), entre las actividades más destacadas.

La mitad del empleo eliminado en 2020 operaba en hosteleríaLa mitad del empleo eliminado en 2020 operaba en hostelería

En el ámbito de los autónomos, el 20% de los cotizantes son comerciantes (5.593), el 19% agricultores y ganaderos (5.186), el 12,7% trabajan en la construcción (3.466) y el 10,5% en la hostelería (2.875), entre las principales actividades.

De esta última, la hostelería, han desaparecido 1.344 empleos, casi el 17% de los que cotizaban en enero de hace un año, y 70 autónomos. Tal debacle se explica por los sucesivos problemas que ha padecido este sector: dos confinamientos (de marzo a julio y de noviembre a diciembre), la congelación del turismo y la movilidad de viajeros, los aforos limitados y la amenaza permanente de nuevas restricciones que se extiende al primer semestre de 2021.

El comercio no ha llegado a tener tales problemas y ha aguantado mucho mejor su afiliación. De hecho, pierde 128 cotizantes medios a mes de diciembre, apenas un 0,8% de su peso de hace 12 meses, aunque los 83 autónomos que han desaparecido es el peor saldo de toda la economía provincial.

Estos números tan dispares se explican porque el comportamiento de las ventas ha sido también muy desigual según los tipos de comercio: alimentación, bricolaje, equipamiento del hogar han salvado el año, en líneas generales, mientras que todo lo vinculado al equipamiento de la persona se ha visto muy afectado por las restricciones a la movilidad.

En paralelo, está el fenómeno creciente del comercio online que ha permitido balances positivos a algunos establecimientos y el desplome de la actividad de otros más vinculados al mostrador a pie de calle.

La industria manufacturera, por su parte, también aguanta, pues aunque resta 540 afiliados medios a final de año, estos solo representan un 1,8% de los casi 29.000 que tenía en enero.

Más doloroso, si cabe, es el balance de otro de los grandes damnificados por la pandemia: las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento. Pierden 257 afiliados medios, el 17% de los 1.511 que empezaron el año en el que se cancelarían los cines, los teatros, los conciertos, los espectáculos de calle y las actividades recreativas.

Construcción. Pero por debajo de ese saldo en rojo hay algunos resultados que muestran que la crisis sanitaria no ha golpeado a todos los sectores por igual, e incluso algunos se han visto favorecidos por las circunstancias.

El más pujante, respondiendo a la situación de alarma generada por la pandemia, ha sido el sanitario y asistencial. El año termina con 15.717 cotizantes medios en la provincia repartidos entre centros hospitalarios, residencias de ancianos y trabajadores de atención en el hogar, entre otras actividades. Son 582 más que los registrados en enero, lo que supone un incremento del 3,8%.

En parecidos porcentajes, un 3% de alza, se mueve la construcción, en el que operaban 6.460 cotizantes medios en el Régimen General a finales del año 2020 y 3.466 (+28) en el de los autónomos. La promoción de vivienda nueva ha mantenido la inercia de crecimiento de los últimos años y el ámbito de la rehabilitación y la reforma ha experimentado un crecimiento importante al ganar el peso el hogar y sus condiciones entre las necesidades de la ciudadanía.

También, a tenor de los datos aportados por la Seguridad Social, los trabajos administrativos y auxiliares han generado demanda de empleo. Sus afiliados medios crecen en 190 el último mes del año (hasta los 5.917), lo que representa un alza del 3,3% en los últimos doces meses.

Balance positivo también experimenta la plantilla de la Administración Pública, Defensa y Seguridad Social que crece en 190 cotizantes medios al mes hasta alcanzar los 5.917 en diciembre. Es un 3,3% más.