La hostelería no encuentra profesionales a un mes de San Juan

JUNIOR VIEIRA
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Los horarios nocturnos y el carácter festivo de las fechas reducen notablemente la oferta de empleados existente. «Es un negocio muy sacrificado, trabajas mientras otros están disfrutando», dicen en el sector

Las comidas y bebidas tradicionales protagonizan buena parte de los festejos durante San Juan del Monte. - Foto: G.A.

Apenas queda un mes para la vuelta de San Juan del Monte y tanto la última semana de mayo como la primera de junio están marcadas en rojo en el calendario hostelero. Se trata de una buena noticia, pero ahora ha aparecido otro problema. El de la falta de camareros. Los negocios afirman que «nadie quiere trabajar» durante las celebraciones y consideran que esta situación se puede extrapolar al panorama más general. «Muchos tienen que recurrir a amigos de confianza para cubrir esas ofertas de trabajo», explica Daniel Nunes, propietario de La Madre. Dentro de las posibles razones se encuentran los horarios nocturnos o el propio carácter festivo de esos días, pero «es difícil encontrar gente que de verdad quiera trabajar en la hostelería». 

Durante el primer fin de semana de mayo, la demanda en los bares se multiplicará y muchos podrán instalar barras en las propias calles. Esto significa que se precisará de más personal. «Ahora mismo necesitamos dos personas más de cara a las fiestas y estamos viendo que igual nos tenemos que apañar con nuestro equipo de doce personas», afirma Nunes. La situación la define Pepe Rey, presidente de la asociación de hosteleros Altamira, como «una falta de interés». «La hostelería es muy sacrificada, estás trabajando cuando todo el mundo está disfrutando, o te gusta o es un castigo», reitera. 

Más allá de las propias celebraciones de San Juan del Monte, esta problemática afecta al sector mirandés desde hace años. «Antes pegabas una patada a una piedra y encontrabas muchos camareros para trabajar de noche», recuerda Nunes. Este pasado conduce inequívocamente a una zona de la ciudad, la Parte Vieja. «Había muchos chavales que empezaban a trabajar el fin de semana y les entraba el gusanillo. Les gustaba y se pasaban a la zona nueva a trabajar de camarero», rememora Rey. A día de hoy, este escenario ha cambiado completamente. Especialmente, entre los ciudadanos más jóvenes. 

«Nos encontramos con una generación un tanto complicada», destaca Nunes. Los motivos pueden ser varios, pero el hostelero lamenta la «mala fama» que caracteriza al negocio. Los salarios o los turnos de trabajo suelen englobar las preocupaciones de los que se inician en este sector. «Creo, y puedo poner la mano en el fuego por casi todos, de que en la hostelería mirandesa damos muy buenas condiciones de trabajo», afirma el propietario de La Madre. Admite que se han visto «barbaridades» y que «muchos se merecen cerrar sus puertas». No obstante, en el entorno de la ciudad «hay unos convenios muy buenos y toda la gente está asegurada y cubierta». Rey cuenta también que «en la hostelería de Miranda se está pagando mucho mejor que en fábricas». 

La pandemia «acentuó» este problema y «muchos se marcharon a otro sector y ahora no quieren volver», explica Rey. Una situación que propició que este tipo de ocio vaya a «sufrir una transformación en los próximos dos o tres años». En este sentido, Nunes explica que «se comenzará a digitalizar todo mucho más» y «se trabajará más de noche que de día», aunque ironiza con que «no tiene una bola de cristal», pero añade que «lo está viendo». 

Listas de espera. La falta de profesionales cualificados no afecta de igual manera a todos los locales mirandeses. De hecho, en algunos hasta hay una alta demanda de puestos de trabajo. «Nosotros tenemos la suerte de que tenemos lista de espera», afirma Daniel Conde, dueño de la discoteca Orosco Club. Su local se centra en el ocio nocturno y la actividad se focaliza en sábados y domingos. «Al ser fin de semana, tenemos chavales que trabajan en otras empresas o estudiantes de fuera», explica. 

El contacto entre los hosteleros mirandeses siempre ha permanecido constante. «Es cierto que he oído que había problemillas para el tema de personal, pero nosotros ahora mismo no los tenemos», afirma Conde. Durante el coronavirus, sí que los hubo a causa de las bajas, pero pudo solventarlos. Respecto a las fiestas de San Juan del Monte, su establecimiento no podrá sacar barras al exterior debido al carácter estrecho de su tramo de la calle Ramón y Cajal. «Yo lo único que voy a mandar es que se respeten los horarios», concluye.