El Centro de Día de Cáritas recibe más jóvenes necesitados

JUNIOR VIEIRA
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El recurso, incluido en el Servicio de Personas sin Hogar, atendió a 160 solicitantes durante 2021. Su labor se centra principalmente en transeúntes que están de paso en Miranda y «se intenta que mejore su calidad de vida»

El Centro de Día, situado en la calle Álava, abre ininterrumpidamente desde las 9:30 a las 20:30 horas. - Foto: J.V.

Los jóvenes cada vez precisan de más ayuda social en la ciudad. Así lo perciben los trabajadores del Centro de Día, recurso incluido dentro del Servicio de Personas sin Hogar. Este local acogió durante el año pasado a 160 solicitantes. Desde Cáritas, organización en la que se enmarca este programa, aseguran también que cada vez llegan más migrantes y desde que comenzó el año, 308 hogares han solicitado su programa de acogida. «A las personas hay que atenderlas por su derecho, no por caridad», explica José Manuel López, coordinador general de la agrupación en Miranda.

El alojamiento está destinado principalmente a personas transeúntes y ofrece cobijo durante buena parte de la jornada. «En invierno lo utiliza más gente, sobre todo personas más jóvenes y con problemas mentales», explica Azucena Gil, trabajadora de la agrupación desde 1989. Su labor abarca la cocina y la limpieza, mientras que distintos voluntarios se encargan de acompañar a los solicitantes. «Normalmente son de una mediana edad, antes venían más, pero ahora algunos no acuden por el miedo al coronavirus», explica. 

El centro también cuenta con un ropero del que los necesitados pueden retirar prendas. Durante 2021, 173 personas hicieron uso de ello. «Ahora tenemos muy poca, pero la que hay es de buena calidad», cuenta Gil. Para poder donar camisas o pantalones, se puede hacer a través de los contenedores rojos que se sitúan a lo largo de la ciudad. «Lo mandan a Burgos para organizarlo y después lo traen aquí», añade la trabajadora. El objetivo de este servicio no es otro que «mejorar su calidad de vida», recalca Juan Alfonso Menéndez, director de este programa, quien añade que «todo depende de la situación de cada persona». 

El Servicio para Personas sin Hogar está incluido dentro de los numerosos recursos que ofrece Cáritas. El coordinador de la agrupación en la ciudad, José Manuel López, explica que se dividen en los llamados «de acción» y en los conocidos como «de sensibilización». López explica que «no solo nos preocupa atender a las personas, sino que las cosas cambien». Cáritas se encarga de ayudar a aquellos ciudadanos que están incluidos dentro del riesgo de pobreza más severo. Buena parte son migrantes que llegan al país en una situación irregular. «Es el 98% de las personas que podemos llegar a atender», afirma.

El programa de acogida sustenta buena parte de la actividad de la asociación en Miranda. En su organización colaboran trabajadores sociales, psicólogos, técnicos o  un departamento jurídico. Al pedir ayuda varias personas extranjeras, «hay que solicitar el NIE o regularizar su situación», explica.   Durante los últimos meses, ha percibido un incremento de este tipo de solicitantes, «igual porque leen que en España puede haber más trabajo». Cuando acuden a las oficinas y explican la situación, «se hace una valoración de si hay que pagarles la luz, el agua o el alquiler», añade.

Desde Cáritas destacan que no se da nada «gratis», sino que a cambio de la ayuda, «pedimos un esfuerzo que va a ir en su beneficio». Por ello, existen diferentes programas de empleo. El conocido como Itera proporciona cursos de servicio doméstico, cuidado de ancianos o carretilleros. «Nosotros detectamos en la acogida una serie de personas que solo van a solucionar sus problemas cuando encuentren trabajo», explica López. La asociación está reconocida por la Junta de Castilla y León como agencia de colocación. Además, a todos los participantes se les otorga formación, orientación e intermediación. «Se les va a decir por donde se pueden mover y cuando las empresas necesiten a alguien para trabajar, acuden a nuestro servicio», explica. A su vez, también disponen de varios recursos para los más jóvenes. «Hay una serie de voluntarios que están con los chavales y les ayudan en tareas y en como gestionar el tiempo libre», concluye.