El Burgos CF explota en ataque

J.C.M.
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Tras muchas jornadas sobreviviendo gracias a su defensa, el equipo de Calero ha encontrado el camino del gol, con siete tantos en las últimas tres jornadas. Valcarce y Guillermo han sido los protagonistas en las dos últimas victorias

Valcarce y Guillermo celebran el gol que le fue anulado al primero. - Foto: Jesús J. Matí­as

El Burgos Club de Fútbol vive sus mejores momentos de la temporada. Disfruta de una semana casi perfecta, con dos triunfos y un empate, nueve puntos que lo han llevado a la décima plaza de la clasificación, donde comparte sitio con rivales de la talla de Real Oviedo o Málaga, históricos de la categoría y del fútbol español. Y la clave está en el equilibrio que ha dado a su juego. Después de nueve jornadas viviendo de su solidez defensiva ha encontrado por fin el camino del gol, con siete tantos en tres encuentros, por solo tres goles en contra. 

Las estadísticas no engañan y la comparación de los datos del Burgos CF actual al de hace un par de semanas así lo demuestran. Antes de jugar contra el Lugo, el conjunto de Calero era el que menos goles lograba de toda la Segunda División, solo seis en nueve partidos, y tres de ellos en el mismo, ante el Real Valladolid. Por suerte, solo había encajado siete, lo que le permitía eludir los puestos de descenso.

El encuentro ante el Alcorcón despertó todas las alarmas. El Burgos perdió contra el último clasificado y lo más preocupante es que no fue capaz de disparar ni una sola vez entre los tres palos del equipo rival.

Julián Calero había estrenado ante el CD Mirandés un nuevo sistema de juego, con tres centrales y dos laterales de largo recorrido; con cuatro futbolistas en el centro del campo y un solo delantero.

En el derbi la decisión le salió bien, aunque con dificultades para mantener el 1-0 en la segunda parte. Sin embargo, esa misma apuesta fracasó en Alcorcón y el estado anímico del equipo se resintió.

El Burgos regresó a El Plantío ante el Lugo, un rival que planteó el partido de forma similar, pero con algunos matices, el principal, que esa misma línea de cinco defensores jugó mucho más adelantada y generó más peligro. El Burgos amarró un empate gracias a su fortaleza en las acciones a balón parado, pero no generó el peligro necesario, sobre todo jugando como local.

Por delante llegaban dos retos de enjundia, ante dos de los candidatos a luchar por el ascenso, Real Oviedo y Huesca. El pesimismo era real y generalizado. Sin embargo Calero dio con la tecla en Oviedo, con las líneas más altas, presionando más arriba, y con mayor llegada al área rival. Así fue el primer gol, obra de Guillermo, con una acción que comenzó con un robo de balón en el centro del campo de Elgezabal y un centro desde la banda del lateral derecho, Álvaro, en una posición casi de extremo.

Pese al lógico sufrimiento en la segunda parte (dos palos del Oviedo además del gol), el Burgos siguió intentando asustar a su rival y en una contra provocó la falta que dio lugar al segunda tanto de Guillermo. Fue un triunfo de mucho mérito, en un campo como el Tartiere y que anímicamente fortaleció a la plantilla de Calero.

Un técnico que sorprendió con su alineación ante el Huesca, dando la oportunidad a Alarcón y Raúl Navarro en las bandas; con Valcarce, Juanma y Guillermo como tridente ofensivo.

El Burgos jugó un gran partido. Ya amoldado a su nuevo sistema, defendió como siempre pero buscando siempre transiciones rápidas en ataque, con un centro del campo liderado por Miki Muñoz.

La victoria fue contundente y el Burgos mostró un caudal ofensivo desconocido hasta ahora. Acabó 3-1 pero hay que recordar que se anuló de forma injusta un tanto a Valcarce.

La opción de los dos carrileros toma mucho más sentido con futbolistas como Juanma o Valcarce situados como teóricos interiores, ya que ambos siempre tienden a jugar hacia dentro, como demostró Valcarce en sus dos goles.

El Burgos tuvo nueve remates y acertó en cuatro ocasiones (también en el gol anulado). Dispuso de menos posesión que su rival (42 frente a 58%), pero tuvo más efectividad. Y sus datos lo han disparado en la clasificación. Ya tiene más goles a favor que equipos como el Zaragoza, Girona, Fuenlabrada o Málaga, mientras mantiene su enorme solidez defensiva, con solo 10 tantos encajados en 12 jornadas.