La Fundación Caja de Burgos, el mayor arrendador de vivienda de la provincia, se ha visto obligada a ajustar hasta la fecha 12 de los 450 alquileres que gestiona ante las dificultades económicas que atraviesan sus inquilinos -ya de por sí en situación económica vulnerable- por la crisis sanitaria generada por la pandemia. La entidad benéfica, más en concreto la Fundación VideBurgos gestionada por la misma, mantiene firme su compromiso de apostar por los alquileres bajos para familias necesitadas aumentando su parque de viviendas con la construcción de 121 pisos al final de la zona residencial de Coprasa.

Los expedientes abiertos en los últimos días se han centrado en dos tipos de circunstancias excepcionales: la moratoria en los alquileres para todos los inquilinos afectados por situaciones de vulnerabilidad económica como consecuencia de la covid-19 y, dependiendo de la situación económica y familiar, la reducción de las rentas y en algún caso condonación de las mismas.

En total, informan desde la entidad, se han abierto 12 expedientes acogidos a alguna de estas medidas por un importe total aproximado de 9.000 euros.

Llama la atención el hecho de que estas situaciones familiares críticas se dan también en un contexto rentas de alquiler bajas en comparación con el nivel medio de la provincia. Caja de Burgos mantiene un alquiler mensual medio entre sus 450 viviendas de en torno a los 300 euros.

"Somos una promotora social y, por tanto, nuestro objetivo era -antes de esta situación de crisis- y es -ahora más que nunca-, ayudar y favorecer el acceso a una vivienda digna a quienes más problemas tienen para conseguirlo. Por tanto, nuestras actuaciones y proyectos en este sentido se refuerzan porque entendemos que a partir de ahora serán igual o más necesarios que antes", señalan desde la Fundación.

En esta línea, mantienen vivo el convenio de colaboración con Cáritas para fomentar la inserción laboral y evitar la exclusión social de inquilinos con dificultades económicas.

NUEVA PROMOCIÓN. La Fundación VideBurgos confirma que la crisis del coronavirus no ha alterado sus planes para promover la construcción de vivienda de alquiler bajo en la capital burgalesa, un proyecto que había quedado aparcado tras la desaparición de la caja de ahorros.

En concreto, confirma que continúa la tramitación de la licencia urbanística para promover las 71 primeras viviendas de un conjunto de 121 que se levantarán en la parte final de la zona residencial de Coprasa y la avenida de Castilla y León, en el espacio delimitado entre la calle Manuel Muñoz Guillén y la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres (Hogar Santa Teresa de Jesús Jornet).

El proyecto, presupuestado en 11,5 millones de euros, se ejecutará en dos fases (una primera de 71 viviendas y otra de 50) y en dos parcelas diferentes aunque unidas en el mismo espacio urbanístico. Los plazos barajados mantienen la apertura de los pisos para el año 2020, según la previsiones de la Fundación.

Se trata de pisos de 80-90 metros cuadrados y con garaje, a los que podrán optar aquellas familias con hijos e ingresos bajos que cumplan con los baremos establecidos desde VideBurgos. Los alquileres no tienen límite de tiempo.

La Fundación mantiene una lista de espera para cubrir la demanda de alquileres bajos, especialmente enfocados a la gente joven que se quiere emancipar e iniciar una nueva vida.