Maese Calvo entra para quedarse en el Museo de Burgos

I.L.H.
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Hasta marzo puede verse una exposición en el museo con parte de su legado, cedido por la familia a la Junta. Hay dibujos, bocetos, acuarelas, materiales de trabajo y relieves que permiten conocer la obra del orfebre más destacado del siglo XX.

Maese Calvo entra para quedarse en el Museo de Burgos - Foto: Fede

Maese Calvo ha entrado en el Museo de Burgos para quedarse. De momento, y mientras se catalaga todo el fondo cedido por la familia, se ha organizado una exposición que se puede visitar hasta marzo de 2022 en la que se resume su faceta de orfebre, pero también la del artesano que realizaba los relieves, el dibujante que bocetaba sus trabajos o el escultor. Mediante esta exhibición, se pretende agradecer y mostrar al público la donación del taller de orfebrería de Maese Saturnino Calvo, ya que después del fallecimiento de Rafael Calvo, hijo de Saturnino, y del cese de actividad del taller, sus herederos han decidido donar a la Junta de Castila y León, para instalarlos en el Museo de Burgos, todos los materiales, herramientas, piezas y maquinaria con los que trabajó la familia.

En la exposición que estará abierta hasta marzo de 2022 se pueden ver acuarelas, dibujos, bocetos, materiales de trabajo y herramientas de quien fue el más destacado orfebre burgalés del siglo XX. Del taller en el que también trabajó su hijo Rafael Calvo, en la calla Santa Águeda, ha salido todo el fondo que el Museo de Burgos está ahora catalogando. Porque la idea es otorgarle un espacio permanente en la sección de Bellas Artes a partir de mayo de 2022, cuando se cumplen 50 años de su fallecimiento.

El legado recibido por el Museo de Burgos es ciertamente extraordinario por su calidad, variedad e interés para documentar la actividad artística de gran parte del siglo XX. En él se incluyen todos los utensilios, herramientas y maquinaria del taller del orfebre burgalés. Asimismo, entre las piezas recogidas por la galería también se encuentran modelos previos en cera o escayola, moldes de fundición, piezas sin finalizar y otros muchos elementos que muestran los distintos métodos y fases de trabajo del metal, el esmalte y el marfil.

Por otra parte, en el conjunto de la donación de los herederos de Rafael Calvo se contabiliza gran parte del mobiliario, biblioteca, antigüedades y piezas artísticas que decoraban el taller y sirvieron de inspiración para muchas creaciones. A todo ello hay que añadir varios centenares de documentos, fotografías y dibujos que reflejan todas las fases de creación del artista: las primeras ideas, las modificaciones, los proyectos definitivos o los calcos para pasar al metal los motivos elegidos. Finalmente, se han donado algunas piezas terminadas, lo que tiene gran interés, ya que la mayor parte de su obra se encuentra dispersa por todo el mundo.

Maese Calvo, nacido en Burgos en 1895 y fallecido en 1972 en la misma ciudad, simboliza una figura singular dentro del panorama artístico del siglo XX y se le puede considerar como uno de los orfebres más importantes de ese siglo. Su actividad representa el final del trabajo de los metales con las técnicas que hicieron sobresalir la platería castellana en los siglos pasados, mediante un modo de trabajar y una calidad que distinguen su obra de las creaciones industriales.

Casi desde sus inicios, Maese Saturnino Calvo contó con la colaboración de sus hijos, Saturnino y Rafael, que participaron en la mayoría de sus creaciones y mantuvieron la actividad durante varias décadas después de la muerte de su padre. En cuanto a sus obras, abarcan desde la orfebrería religiosa, quizás su faceta más conocida, hasta las piezas conmemorativas, joyería, rejería y mobiliario. El sello personal de los Calvo se completa con su extraordinario dominio de estilos y técnicas del pasado, sin olvidarse de imprimir un marcado sello personal.