Miranda de Ebro y su entorno más próximo son un buen ejemplo -hay otros más- de que los vertederos ilegales nacen, crecen y se reproducen sin descanso. Entre otros, el Seprona vigila 8 puntos críticos, entre ellos, los ubicados en la salida de la carretera de Bilbao, en Las Californias y en el polígono de Bayas. Todos aparecían en las fotos tomadas hace años en el Google Maps, pero ahora incluso han prosperado.

El equipo de Seprona, bajo la dirección del cabo primero Héctor Martín, explica en que se vierte, principalmente, «porque no se solicita licencia de obras para las reparaciones en el hogar. Por no hacer el papeleo y no pagar tasas. Una licencia implica la gestión de los desechos que generas...», puntualiza. 

«Es difícil detectar al infractor si no se le pilla in fraganti, pero hay gente que tira facturas y papeles con los escombros y, a partir de ahí, podemos tirar del hilo... Solo lo más leve puede llegar a los 2.000 euros».

Los agentes del Seprona insisten en que los ahorros de operar en 'b', al final repercuten para mal en toda la ciudadanía (además del medio ambiente). El Ayuntamiento de Miranda debe destinar un presupuesto extra al que ya destina a la recogida autorizada de residuos. «Y una vez limpio un vertido, a los pocos días empiezan a recibir más basura, incluso muebles y electrodomésticos que gestionan sin problema los puntos limpios autorizados que están al lado».

«Estamos ante un tema de educación cívica. Todo material es reciclable si se deposita de forma ordenada donde tiene que hacerse».