Hubo un tiempo en el que muchas ciudades, entre las que Burgos no fue una excepción, no supieron valorar la riqueza histórica y patrimonial de sus murallas medievales. Más allá de que en algunas ocasiones fueran enemigos externos los que las atacaran o que en momentos de penuria los dirigentes de cada época optaran por otras prioridades. Ha tenido que pasar mucho tiempo hasta que se ha entendido en la capital burgalesa que es necesario actuar desde una visión amplia y alejada de poner parches a los problemas y con esa visión, a encargo del Ayuntamiento, se está elaborando un Plan Director que ya empieza a dar los primeros resultados.

La Gerencia Municipal de Urbanismo acaba de informar favorablemente sobre la Fase 1 de este Plan que está elaborando Álvarez y Mateos Arquitectos, el estudio al que se le adjudicó el contrato por algo más de 80.000 euros, y del que se desprenden algunas propuestas de gran dimensión como es el planteamiento se que se realice «una recuperación volumétrica de los tramos desaparecidos» de la muralla, de tal forma que su reconstrucción «permitiera su reconocimiento y puesta en valor».

Es decir, de aquella parte en la que «apenas es visible, en la que está invadida por la vegetación y en mal estado de conservación» ya que hay zonas en las que rehacer la fortaleza es ya misión imposible (en lugares donde, sin ir más lejos, se sustituyó por edificaciones residenciales).

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