Tenían pinta de guiris. Unos con su gorra, otros con un sombrero tocado con una pluma, algunos con la cámara colgando al hombro, muchos con el móvil presto a disparar... Solo un detalle los alejaba del típico turista en la ciudad. Sus objetivos apuntaban a las imponentes vistas desde el Castillo, la belleza de la Catedral o el legendario Cid, sí, pero también, y con más mimo, hacia unas anodinas escaleras, un callejón apenas transitado por gatos o el aparcamiento subterráneo del Fórum. Los 14 localizadores internacionales de cine que han pasado las dos últimas jornadas en la provincia y la capital, invitados por la Burgos Film Commission y dentro del Shooting Locations Market Place celebrado en Valladolid, destacaron sus enormes posibilidades por la diversidad de paisajes y, sobre todo en la ciudad, el contraste entre tradición y modernidad.
Ese choque llamó la atención de Patrick Mignano, un hombre de Hollywood en su primera visita a España, que desde hace 14 años trabaja con Clint Eastwood, y con Spielberg, Al Pacino, Ben Affleck, Ridley Scott... Llamaron su atención la estética, pero también la amplitud y facilidad de los espacios para meter un rodaje en ellos.
A esa parte más prosaica, esos detalles que no se ven en la película, pero determinan su escenario, se refirió Marta Ferrer, de Babieka Films, empresa que firma sus propias producciones y asiste a extranjeras que quieren rodar en España y Portugal, responsable de, entre otras, Éxodus, Black Mirror, El practicante, Blade Runner 2049... «Burgos es muy buen sitio. Las canteras son muy llamativas, con espacio para la logística, y la ciudad tiene un montón de edificios que podrían pertenecer a cualquier lugar de Europa y esto da juego para falsear y juntar proyectos», anota (...).
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