"La inversión de la empresa de Burgos se ha cortado de raíz"

G. ARCE
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ENTREVISTA | Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva Caja Rural

Ramón Sobremonte - Foto: Patricia González

Su responsabilidad al frente de la dirección de Caja Viva-Caja Rural hacen de Ramón Sobremonte un espectador privilegiado de lo que está ocurriendo en la economía burgalesa desde el pasado 14 de marzo. Se ha congelado la inversión empresarial y el consumo doméstico, y el ahorro en cuenta se dispara un 12% con respecto al pasado año porque, simplemente, no se gasta. Da por perdidos a muchos autónomos y augura sufrimientos a aquellas empresas que no sepan calibrar el calado de una crisis que irá para dos años y que nos restará hasta 5 puntos de PIB hasta 2022. Hay algo positivo: Burgos tiene bien aprendida la lección de la anterior crisis del ladrillo, su sistema financiero "ya no es el problema sino la solución" y debe sacar el máximo provecho a una economía muy diversificada.

¿Han realizado una primera estimación de daños de casi 3 meses de parón de la economía burgalesa?

A todos se nos ha olvidado el mundo precovid-19, cuando se discutía si la economía caminaba hacia una desaceleración o una recesión. Pues bien, el coronavirus nos ha traído una caída brutal de la actividad económica, caracterizada por un shock de oferta y también de demanda, que pocas veces se da de forma conjunta. Por otro lado, está suponiendo una enorme aceleración de tendencias existentes, como la transformación digital de sectores como la automoción, la distribución, la banca o la industria. Asimismo, abrirá nuevas tendencias porque ha transformado los hábitos de consumo, replanteará las redes de seguridad, nuestra sanidad, entre otros. Vamos a un proceso de cambio acelerado con una crisis de una magnitud que hay que remontarse a cifras de la Guerra Civil. La caída del PIB estará en torno al 10% y Burgos no se va a ver aislado de estos procesos.

¿Qué le han trasladado los clientes en estas semanas de confinamiento?

Incertidumbre. Todo el mundo está muy preocupado viviendo una situación transcendente. Además, no se tiene un horizonte claro sobre cuál va a ser el resultado de la misma. Los empresarios y autónomos están haciendo acopio de liquidez para poder hacer frente a los retos futuros y a las situaciones complicadas que, sin duda, se van a vivir. Hay dos grupos de empresarios muy diferenciados: unos, muy prudentes, que están haciendo acopio de liquidez incluso por encima de lo que podría ser razonable y, otros, que creemos que están infravalorando el impacto temporal de esta crisis. Por otro lado, hemos visto un parón total de la inversión empresarial: ya no se acometen nuevos proyectos e incluso los iniciados que pueden ser frenados se han detenido. Es espectacular, proyectos con financiación asegurada han sido cortados de raíz. Muchos están ligados a incrementos de capacidad productiva, a diversificación en otros sectores. Todos se centran ahora en la búsqueda de la eficiencia empresarial (ahorro de costes y estructura) y en la seguridad de los trabajadores.

¿Y el pequeño ahorrador?

También ha cortado de raíz el consumo, pues las posibilidades de compra han sido mucho más bajas durante el confinamiento. Compras relevantes como la de vivienda o el automóvil también han parado de forma espectacular. A raíz de esto, los depósitos de ahorro están creciendo al 12% interanual, una cifra espectacular que responde a la falta de actividad económica.

Pero hay una parte de la economía que no solo no ha parado sino que está trabajando más.

Hay sectores más o menos afectados, pero todos están afectados en mayor o menor medida. Esta crisis va a tener impacto en los sectores que ya se estaban transformando, como la automoción o la aeronáutica, aunque quienes van a liderar el impacto son la hostelería, el turismo, el comercio minorista (no grandes distribuidores). Toda la actividad industrial se va a ver afectada, especialmente la ligada a la automoción, la aeronáutica, lo metalúrgico. También el transporte y la logística, la promoción y construcción inmobiliaria... Luego hay otros sectores más protegidos, entre ellos, el agrario en un sentido amplio. Las bodegas van a sufrir porque dependen mucho del canal horeca (hostelería) pero el mundo cerealista y ganadero está viviendo una fase bastante aislada de la crisis. Los servicios públicos también...

¿Qué medidas excepcionales ha adoptado su entidad?

Nosotros veníamos de un 2019 que ha sido uno de los mejores años en crecimiento de negocio (6% en préstamos y 5,40% en ahorro de clientes), hemos seguido captando cuota de mercado y logramos un beneficio antes de impuestos de 10,7 millones de euros, un 31% más que el año anterior. Fue un ejercicio francamente bueno en un entorno de desaceleración económica y manteníamos la tendencia en 2020. Antes del estado de alarma, nos fijamos en lo que estaba ocurriendo en Italia y preparamos la Caja para un plan de contingencia con medidas para ir paliando los impactos. Las tres líneas fundamentales que nos han guiado han sido la seguridad de los empleados (mandamos a teletrabajo a la mayoría de la plantilla), trasladar confianza a nuestros socios y a la sociedad en general (manteniendo abiertas todas las oficinas, siendo fieles a nuestro compromiso de banca de cercanía) y hemos dado apoyo financiero a los más vulnerables, somos una cooperativa y somos economía social.

¿Cómo están apoyando a las pymes y los autónomos?

Hemos puesto en marcha montones de medidas, desde los créditos ICO, las moratorias hipotecarias, la anticipación de pagos de pensiones, de los ERTE y del desempleo. Hemos eliminado los costes de los TPV a los comercios pues no habría sido coherente cobrar mientras estaban inactivos.

¿Ha habido una demanda masiva de aplazamiento de hipotecas?

Hay una demanda masiva por parte de las empresas de los préstamos avalados por el ICO, aunque creo que en algunos casos se está solicitando poca cantidad porque se ve esta crisis como un bache del que saldremos en corto, aunque no lo va a ser. En cuanto a moratorias hipotecarias, por el momento, los niveles en Burgos son bastante inferiores a la media nacional, un tercio del nivel nacional, lo que responde al perfil conservador del inversor burgalés y a la ausencia en nuestra economía de segundas viviendas, que es lo primero que se deja de pagar.

¿Ya hay empresas en quiebra?

Hay autónomos que no se van a reincorporar nunca al mundo laboral y van a cerrar. Entre pymes, vemos desaceleración y que ya se está acudiendo a procesos concursales o de renegociación de deuda. La mayoría han hecho los deberes y llegaron a la crisis en una situación financiera saneada. Nosotros estamos ofertando flexibilidad total en las renegociaciones de deuda y con los apoyos de los avales del ICO entiendo que se va a dilatar la entrada en cualquier fase problemática.

¿Y el sistema financiero? ¿Aguantará una nueva crisis?

A Caja Viva la crisis nos ha llegado con todas las tareas hechas. Ya en el plan estratégico de 2019-2021 preveíamos una desaceleración y hemos tomado medidas. Ahora tenemos una tasa de solvencia del 15,29%, más alta que la media del sector y una posición de liquidez de 800 millones de euros. Esta crisis nos pilla en una situación extremadamente positiva y con un factor añadido, aprendimos muchísimo de la anterior crisis, nosotros y el empresariado. El Grupo Caja Rural hizo los deberes y hace dos años hizo un MIP (Mecanismos Institucional de Protección) que ha reforzado los lazos de todas las cooperativas de crédito del Grupo. Nuestra situación es cómoda para pasar la tormenta...

¿Y cómo ve a la banca?

En la anterior crisis, el sistema financiero fue parte del problema. Las cajas de ahorros, el 50% de ese sistema, desaparecieron porque eran parte del problema. Hoy, la situación del sistema financiero es mucho mejor y es parte de la solución, siempre y cuando las previsiones económicas se vayan cumpliendo y que se salga rápido de la crisis.

¿Las decisiones del Gobierno o los cambios en las mismas son parte del problema?

Lo primero que tengo que decir a los euroescépticos es que, si no fuera por la UE, esta crisis no la pasábamos. El Banco Central Europeo está comprando deuda de los países periféricos (Italia y España, principalmente), lo que nos está generando una estabilidad enorme. Hay que poner sobre la mesa el enorme esfuerzo de solidaridad del Fondo de Recuperación Europeo, 750.000 millones de euros y la triple red de seguridad que ya existía de 540.000 millones. Va a haber subvenciones a fondo perdido cuando antes solo eran préstamos y España va a ser uno de los países más beneficiados. Si estamos en pie y vamos a superar esto es gracias a Europa, pero Europa nos va a pedir una política económica ortodoxa desde el punto de vista del gasto público, del déficit público, de las reformas que flexibilicen mercados y reduzcan el peso estatal y la burocratización, además de la estabilidad y seguridad jurídica. Si no, no nos darán dinero.

Pero el Gobierno tendrá que poner algo de su parte.

El Gobierno debe tomar medidas que eliminen la incertidumbre, que den estabilidad y seguridad.

¿Es necesario prolongar las ayudas más allá del 30 de junio?

Los recursos son limitados y hay que tener muy claro hacia dónde dirigir el gasto público. Tenemos una oportunidad de oro para ver cuáles son nuestras prioridades. En este momento la sanidad es prioritaria o el apoyo a los colectivos más vulnerables. Tiene que haber una prórroga en los ERTE, la rigidez en las fechas puede generar un desierto laboral. Son el flotador que está evitando que paro suba a cifras astronómicas. Hay que flexibilizar las medidas adoptadas y ampliarlas y ver qué otros gastos del Estado no son tan relevantes y se pueden recortar.

¿Cuánto va a durar esta crisis?

Los dos próximos años van a ser de caída. En 2020 se habla de entre un 9, 10 u 11% de caída del PIB. En 2021 habrá una cierta recuperación, pero no total. La suma de los dos años supondrá una caída de en torno a 4 o 5 puntos del PIB. Me atrevo a decir que en cuatro años no volvemos a los datos de 2019.

¿Es el mismo camino que seguirá la economía burgalesa?

Sí, aunque está por ver si saldremos a la vez de la crisis que el conjunto del país.

¿Una vacuna contra la covid-19 lo cambiaría todo?

Aceleraría la recuperación, pero tenemos que ser realistas, si en España no hemos sido capaces de tener test para detectar positivos para toda la población, ¿vamos a tener vacunas para todos a nivel global?