En parte por conciencia medioambiental pero, sobre todo, por ahorrar en la factura de la luz. Los consumidores de Aranda y la comarca están notando un fuerte incremento de consultas y contratos para implantar sistemas de suministro a través de energías renovables, como aerotermia, geotermia y, sobre todo, la solar. 

Desde que se abrió la puerta al autoconsumo eléctrico, los ribereños han ido sumándose poco a poco a estas energías limpias para el medio ambiente, pero el boom se está viviendo este año. «Estamos a tope, tenemos lista de espera hasta el mes de junio», reconoce Lorena Gil, de Antenas e Instalaciones Aranda. «Estamos colapsados», refrenda Víctor, de Telecom Instalaciones. «De todas las consultas que recibimos, en torno al 10% es en relación a las energías renovables», estiman desde Mercam Instalaciones.

Los clientes que se interesan por este cambio en su forma de consumo eléctrico abarcan tanto los usos residenciales como los empresariales. «Sobre todo en viviendas unifamiliares o adosadas, nuevas o que ya estén construidas, pero también en bodegas y naves industriales estamos poniendo muchas», reconoce Gil. El lado oscuro de este repunte de la energía solar en la comarca está en los inmuebles comunitarios. «Para los edificios que ya están construidos y para las comunidades, es imposible, a pesar de que este tipo de energías son el futuro, todavía hay muchas trabas y problemas para poderlas implantar en muchas partes», expone Cristina, de Anastasio Rojas.

Los motivos de este interés por las renovables son los económicos. El aumento del precio del megavatio, que sigue su línea ascendente, lleva a los consumidores finales a buscar alternativas. «La guerra en Ucrania también afecta para que se mantenga el interés por instalar placas solares», certifica Lorena Gil. La búsqueda de un ahorro en un bien esencial como es la electricidad la motivación de los clientes.

«La factura se reduce al momento y la instalación se termina amortizando a largo plazo, algunos logran no pagar por el consumo de energía, sólo pagan los impuestos y los otros conceptos, pero no el consumo», apunta Gil.

El incremento de las solicitudes de nuevas instalaciones de energías renovables ocupa la agenda de estas empresas, a lo que se suma una consecuencia del complicado escenario del mercado global. «Se nos está sumando ahora un problema con el suministro de materiales, que nos está obligando a encargar muy bien la agenda para poder atender las peticiones de los clientes», explican desde una empresa instaladora.

Muchos ayuntamiento en la comarca ribereña están apostando por las placas fotovoltaicas para parte del suministro eléctrico que precisan, y más desde que este tipo de instalaciones se pueden subvencionar a través de los fondos europeos del Plan de Recuperación. Aranda de Duero, Frenillo de las Dueñas, Moradillo de Roa, Guzmán, Milagros u Hontoria de Valdearados son algunos ejemplos de municipios de la comarca ribereña con proyectos de menor o mayor envergadura para la instalación de paneles solares.

En el ámbito privado, el sector enológico es una de las puntas de lanza de esta tendencia hacia el autoconsumo energético, por lo que reporta de ahorro en los suministros y reducción de la huella de carbono en el entorno. Ejemplos son El Bosque de Matasnos, está invirtiendo algo más de tres millones de euros para que sus instalaciones en Peñaranda de Duero sean 100% autosuficientes; Bodegas Prado Rey que ha instalaron placas fotovoltaicas y solares en la parte del techo, tanto en la bodega como en la posada de Ventosilla, para proveer agua caliente a las habitaciones; o Valdubón que colocó 500 placas solares de 120 vatios cada una en su bodega de Milagros, con lo que llegará a poder ahorrar un 40% de su consumo de energía anual.