El agua se deja moldear

I.L.H.
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Catorce artistas del Gremio de Autores Plásticos (GAP) tiran de acuarela, pintura acrílica, cerámica, piedra y madera para venerar, retratar y dar voz al líquido elemento en el Consulado del Mar

Siete de los 14 artistas ayer durante el montaje, junto al puzle que comparten y con el que se cierra el recorrido por la exposición inaugurada ayer. - Foto: Alberto Rodrigo

La pintura acrílica, la acuarela, la cerámica, la piedra e incluso la madera necesitan del agua para cobrar vida como obra de arte. Y no digamos lo vital que es para el planeta. Somos agua y a ella nos debemos. En su uso o desperdicio, la simbología, el reflejo, sus estados, las tonalidades y las lecturas que sugiere se han interesado catorce artistas del Gremio de Autores Plásticos. Después de concluir la feria abierta en San Juan destinada a la venta, los integrantes de GAP han creado obra nueva para la exposición colectiva que esta tarde inauguran en el Consulado del Mar, un espacio vinculado al océano y al comercio.

El colectivo de artistas burgaleses se sumerge en el agua líquida, en el hielo y en la bruma gaseosa. Le dan voz, hacen denuncia, la veneran, retratan, moldean y se mojan a través de obra individual y de un collage compartido.

De los pantanos y los pueblos que quedan ocultos bajo sus aguas habla la cerámica de José Luis Ramos, que ha modelado en Sequía tres pequeñas villas ahogadas entre cristales y un mural que revela el paisaje que los acompaña. Y Elvira Mateos recibe al visitante nada más entrar con tres cuadros sobre la historia de Edipo y el agua como elemento de limpieza ante los deseos carnales.

De azul intenso y luminoso son dos de los tres cuadros de Luiso Orte, que completa su trilogía con un campo de golf de los que necesitan litros y litros de agua. E Ismael Ali de Unzaga se divierte con las veladuras de los esmaltes y las capas para imaginar escenas bajo la piscina, en la playa (vista desde arriba o desde abajo) o de chapuzones en blanco y negro. 

Los juegos infantiles y las excursiones al mar centran los cuadros que ha pintado Beatriz Marcos Garrido, mientras que Sacris se fija en el océano como eslabón de vida, en su reflejo y en los contrastes, como la fotografía en la que en medio de un secarral aparece una alcantarilla de la que surgen brotes verdes.

Por una instalación se ha decantado María Gómez, que crea una cascada con láminas de metal y cristales. Junto a ella, una acuarela circular de Fernando Arahuetes recuerda que el agua es vida. 

Enfrente, la piedra de Óskar Díaz sostenida sobre grava volcánica da forma a unas olas que también están descritas en forma de cuadro sobre la pared. Y agitado si no embravecido es el mar que flota en el del tríptico de Fran del Hoyo. 

Humberto Abad hace brotar agua de su Manantial hecho de tilo y cedro:una alambre que exprime a una esponja que derrama las últimas gotas y un nudo que aprieta lo agotado. Los cuadros de Simón de Castro situados enfrente devuelven la bruma romántica del paisaje alemán.

137 acuarelas como gotas, charcos y mares sujeta sobre un lienzo Rafael Mediavilla y María de la Fuente ilustra en seis viñetas la entrevista en la que Bruce Lee recomendaba ser como el agua. 

Para acabar el recorrido por la exposición han creado un puzle con catorce piezas, una por cada artista. La muestra se puede visitar hasta el 8 de mayo.