El alcalde, Daniel de la Rosa, hizo ayer un llamamiento a la responsabilidad de los burgaleses ante el previsible levantamiento de las restricciones específicas para el municipio que llegarán después del puente festivo de la Constitución y la Inmaculada y las cercanas fiestas de Navidad. 

En este sentido, avanzó que llevará a cabo una campaña para evitar aglomeraciones en las calles como las producidas el viernes pasado con motivo de la campaña de descuentos del Black Friday y que afeó la gerente de Atención Primaria, Mónica Chicote. También advirtió de una mayor presencia de la Policía Local. «Vamos a incidir con mensajes para disuadir pero no podemos impedir que la gente circule con libertad. Apelamos a la responsabilidad  para que lo hagan con cabeza y mantengan las distancias de seguridad. Habrá más efectivos pero no podemos coartar la libertad», aseguró.

Poco a poco la situación epidemiológica va mejorando y también el cumplimiento de las normas aunque todavía hay quien hace oídos sordos. Lo prueba el hecho de que durante el fin de semana, la Policía Local interpuso 13 denuncias por saltarse el aislamiento domiciliario; 19 por incumplir el toque de queda; 13 por no usar mascarilla;  3 por hacer botellón y otras tantas por realizar fiestas en domicilios. Por el contrario, alabó el comportamiento de la hostelería a pesar «de estar atravesando uno de los momentos más duros». 

Paralelamente, el alcalde reconoció que existe cierto hartazgo y cansancio entre la población burgalesa, especialmente de aquellos que pertenecen a los sectores más afectados por la crisis y a las familias más vulnerables. Por ello, pidió a todas las administraciones que lancen mensajes «coherentes, equilibrados y prudentes y que generen confianza». «Los ánimos están muy bajos», reconoció. 

También reclamó al Gobierno regional que agilice el plan de choque para ayudar a los sectores más afectados. Este extremo le valió las críticas del PP. Su portavoz, Carolina Blasco, le pidió que «deje de esconderse para justificar su inacción». «Debería sonrojarse al hablar de incapacidad municipal».