Juan Manuel Pérez

Plaza Mayor

Juan Manuel Pérez


El triunfo del cuanto peor, mejor

03/12/2022

El pasado martes, el presidente del Senado, el burgalés Ander Gil, pedía en Valladolid «aislar» a los que convierten los parlamentos en un «campo de batalla». Ese mismo día el vicepresidente del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, del PSOE, echaba a una diputada de Vox por decir de los representantes de Bildu en la Cámara baja que eran unos «filoetarras» y negarse a retirar la palabra. Al día siguiente, en la sesión de control al Gobierno, la ministra de Igualdad, Irene Montero, acusó al Partido Popular de «promover la cultura de la violación». La presidenta Batet, se limitó a pedir moderación. ¿A quién creen ustedes que hay que aislar según nuestro paisano del Valle de Mena? 

El mayor drama de la política patria es que cada vez hay más hooligans. Más partidarios del cuanto peor, mejor. En uno y otro lado del espectro ideológico. Políticos que de forma descarada necesitan carnaza y griterío para sacar adelante sus propósitos. Pretenden obtener tajada del caos y de la ruina...y están cada vez más cerca de conseguirlo. También en el parlamento autonómico los insultos, los malos modos y la nula educación están arrojando por el sumidero cualquier propuesta sensata que se plantee en las Cortes. 

Ahora que afrontamos el último año de legislatura conviene rebuscar las razones que nos han llevado a esta deriva. Entre ellas encontraremos una de las frases premonitorias con las que comenzó el reinado de Sánchez. La pronunció una diputada de ERC en la tribuna del Congreso: «Me importa un comino la gobernabilidad de España», se llamaba Monserrat Bassa y no pudo ser más elocuente. También el presidente del Gobierno pasará a la historia por haber cimentado su trono con parlamentarias de ese nivel.