Partituras de vidas truncadas

ALMUDENA SANZ
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La Orquesta Sinfónica de Burgos 'descubre' a la segoviana María de Pablos y vuelve a iluminar al burgalés Antonio José con la interpretación de sendas obras de juventud que se recrean en la temática castellana

Una enfermedad mental cortó la trayectoria de María de Pablos. / Su fusilamiento en 1936 acaba con la carrera de Antonio José.

Pese a la tristeza y crudeza de su final, resultan apasionantes las vidas de María de Pablos (1904-1990) y Antonio José (1902-1936), que discurren de forma paralela, aunque no es improbable que se cruzaran en Madrid. Nacen a principios del siglo XX en una ciudad castellana, son compositores precoces y con sus primeros trabajos ya llaman la atención, pertenecen a la generación del 27 y su prometedora carrera se trunca en su juventud, aunque por motivos distintos. Una enfermedad mental recluye a la compositora segoviana a los 25 años sin que públicamente se supiera más de ella, aunque murió con 86. Mientras que una bala acabó con los sueños del autor burgalés, fusilado con 33 años en la Guerra Civil. Estos dos creadores protagonizan el cuarto concierto de abono de la Orquesta Sinfónica de Burgos (OSBu) hoy (Fórum Evolución, 19.30 h.). 

La formación dirigida por Iván Martín interpretará Castilla, de De Pablos, y Sinfonía castellana, de Antonio José, de cuya composición se cumplen 100 años este 2022. Otro punto en común: la presencia de su tierra en estas primeras piezas.

¿De qué manera se refleja su visión de Castilla? «Se puede hablar de un castellanismo en música con varios autores y alguno de los más destacados son estos dos con estas obras. Esta corriente se basa en el folclore, pero orquestado de una forma muy europea, con ropajes del impresionismo y del posromanticismo de Richard Strauss», responde el presidente de la OSBu, Enrique García Revilla, y advierte que cada uno baila con esa raíz a su manera. El burgalés lo hace de una manera literal, toma canciones del folclore y las mete directamente, mientras la segoviana, más sutil, las evoca con sonoridades medievales, melodías que recuerdan lo popular, pero que no están tomadas de ahí. «Siempre con esos ropajes modernos», remacha sobre este programa, diseñado para ser tocado el año pasado en el marco del quinto centenario de la Batalla de Villalar.

«Los dos tienen un estilo muy parecido en muchos aspectos, aunque es el de dos jóvenes que aún tenían que evolucionar todo», apostilla sobre estos dos prometedores artistas cuyos abruptos finales dejan en el aire hasta dónde podrían haber llegado. «Pero lo que importa es lo que hay y lo que hay es de primerísima», ilustra convencido de la necesidad de recuperarlos y darlos a conocer. 

Porque igual que el olvido en el que cayeron tras el encierro en un sanatorio, en el caso de ella, y el asesinato, en el de él, comparten el rescate del que son protagonistas. Y la mejor manera de conseguirlo es la interpretación de sus obras. 

La difusión de los compositores locales es un desvelo de la OSBu desde sus inicios y Antonio José se encuentra entre los mimados. El conjunto aborda por tercera vez su Sinfonía castellana, la primera bajo la batuta de Iván Martín (las anteriores las dirigió Javier Castro), creada hace cien años y con una rocambolesca historia. El burgalés «cometió la imprudencia» de mandar la partitura original para su posible estreno a Fernández Arbós sin quedarse con ninguna copia. El maestro la traspapeló y fue Miguel Ángel Palacios quien la descubrió muchas décadas después en el archivo de la SGAE. La Orquesta Ciudad de Valladolid la estrenó en el Gran Teatro de Burgos en 1986.

Mientras que la Fundación Juan de Borbón de Segovia abandera el rescate de María de Pablos y desde hace unos años su música, y su historia, vuela de nuevo. «No se recupera por la moda de que sea compositora y haya que sacarla a luz por ser mujer, no, se hace por la calidad de la música, que es fenomenal», enfatiza García Revilla.

Castilla, que gira en torno al Cid, es la obra más complicada e importante de su escasa producción. La Filarmónica de Madrid la estrenó en 1927. Solo dos años antes de que su luz se apagara definitivamente y desapareciera de la escena musical, a la que ahora devuelven varias orquestas incluyéndola en su repertorio, como la OSBu.