El nuevo vicealcalde de la ciudad, Vicente Marañón, no pudo evitar acordarse ayer, día en que firmaba con el alcalde, Daniel de la Rosa, el pacto para la conformación de un Gobierno de coalición con el PSOE, de aquel Pleno del 15 de junio de 2019 en el que, de no haber sido por la rebeldía de los dos concejales de Vox, se habría convertido en regidor de la capital burgalesa. Sorprendió que en el acto en el que ambas formaciones escenificaban su compromiso, el líder de Cs en el Ayuntamiento seguía sin olvidar ese episodio. «Hace algo más de un año, dos irresponsables, de forma egoísta e imprudente, dejaron a la ciudad sin un Gobierno sólido», afirmaba para ahondar en la crítica y añadir que «entonces no sabían la que se venía encima pero debieron de haber pensado que cualquier hipótesis era posible. Y cuando uno piensa en su ciudad tiene que pensar en todos los escenarios».

Marañón, mucho más próximo ideológicamente al centro-derecha que a los socialistas, quiso defender el pacto de Cs con el PSOE en que «lo difícil y lo valiente es entrar en el Ejecutivo de la ciudad ahora. Y lo fácil, pero también lo cobarde, habría sido permanecer agazapado en la oposición viendo como el Gobierno de tu ciudad, en medio de una crisis sin precedentes, tiene serias dificultades para sacar adelante asuntos esenciales e inaplazables para Burgos».

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