¿Por qué muta el virus?

Sergio Hernández (EFE)
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Los expertos aseveran que es normal que el SARS-CoV-2 cambie de forma, pero llaman a la calma ya que las vacunas también se podrán modificar para hacer frente a cualquier variante

Las variantes de mayor impacto que se han registrado del virus son las del Reino Unido, Sudáfrica y Brasil. - Foto: Sergio Perez

El descubrimiento de variantes del SARS-CoV-2 más contagiosas en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil está añadiendo incertidumbre a la posibilidad de atajar la pandemia. Los científicos, que esperaban estos cambios, hacen un llamamiento a la calma.

En las últimas semanas se suceden las noticias acerca de las nuevas variantes de este coronavirus que inquietan por la rapidez con la que se propagan y por crear dudas sobre la efectividad que tendrán las vacunas para contrarrestarlas.

Esa alarma se ha extendido a las redes sociales, donde muchos usuarios se preguntan sobre los efectos de las mutaciones y expresan sus dudas acerca de las consecuencias que tendrán en la evolución de la pandemia. Sin embargo, los expertos subrayan que es normal que los virus muten y por el momento no ven razones para el alarmismo, aunque consideran necesario mantener la vigilancia.

Prevén, no obstante, que puedan producirse versiones del SARS-CoV-2 que resistan la acción de las vacunas, aunque también consideran probable que estos fármacos se modifiquen sin dificultades para neutralizar esas variantes.

Tampoco descartan que alguna mutación suponga la aparición de un coronavirus capaz de generar una infección más grave y con mayores efectos letales, pero esa situación no es la más factible.

Según el presidente de la Sociedad Española de Virología (SEV), Albert Bosch, «lo más importante de la aparición de la variante del Reino Unido» es la confirmación de que el SARS-CoV-2 «puede cambiar» y que, por tanto, en el futuro es posible que aparezcan más.

Aunque los virus de ácido ribonucleico (ARN) -como es el caso del que causa la COVID-19- tienen facilidad para mutar, el SARS-CoV-2 dispone de «unos mecanismos de corrección» de los cambios en su extenso genoma de 30.000 nucleótidos, explica Bosch. Esos mecanismos de corrección no han evitado, sin embargo, que algunos de los errores cometidos por el virus en su replicación hayan permanecido como mutaciones. Las variantes que por azar tengan algunas ventajas adaptativas pueden implantarse, propagarse y, en ocasiones, convertirse en la versión predominante del SARS-CoV-2, en un proceso de selección natural.

Las variantes del virus identificadas hasta ahora son numerosas y entre ellas se encuentran la B.1.1.7, descubierta en el Reino Unido; la 501.V2, hallada en Sudáfrica, y la Cluster 5, de la que se han descrito transmisiones entre seres humanos y visones en varios países, como indica José Ramón Arribas, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). Otra más fue identificada en Tokio a principios de este mes en cuatro viajeros procedentes del estado brasileño de Amazonas.

Expertos de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), vinculada al Ministerio de Salud de Brasil, han confirmado que la nueva versión es originaria de ese estado.

En la clasificación de estas modificaciones cabe distinguir entre «variante», denominación que se refiere a una alteración del virus con un número significativo de mutaciones, y «cepa», cuando los cambios son más numerosos y de mayor trascendencia. Así, la B.1.1.7, por ejemplo, es una «variante» de la misma cepa del SARS-CoV-2 de la que hasta el momento se han identificado 23 mutaciones.

De ella preocupan los indicios que han hallado los virólogos británicos de que es capaz de infectar a mayor velocidad, aunque esa rapidez no parece ir acompañada de efectos más dañinos. En todo caso, como señala Arribas, que sea «más transmisible», aunque no implique una peor virulencia, es «más peligroso» para el conjunto de la sociedad que lo contrario, porque puede colapsar el sistema sanitario.

Más de medio centenar de países ha detectado casos de esta versión del SARS-CoV-2, aunque es posible que esté presente en un número más elevado.

En España, su prevalencia «estaría muy por debajo del 5  por ciento», lo cual significa que esta variante no está circulando «a un ritmo como lo esta haciendo en Reino Unido», informó el pasado lunes el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón.

En el caso de la Cluster 5, identificada por primera vez en Dinamarca, se han descrito transmisiones del virus entre visones, de este animal a humanos y viceversa.

El riesgo, explica Arribas, es que haya un animal en el que se pueda quedar el coronavirus y «sea una fuente persistente de contagios», aunque por el momento no parece que esa transmisión se esté produciendo de forma frecuente.

 

Bajo control

De las variantes de Sudáfrica y Brasil hay una mutación, la llamada E484, que ha suscitado la alarma entre los investigadores porque según un estudio preliminar de un equipo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, podría ofrecer una mayor resistencia a las vacunas, pero por el momento los científicos consideran que estas podrán evolucionar para hacer frente a las mutaciones.