La reforma de la N-I que rechazó la plataforma eleva su coste

L.M.
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La adjudicataria de la obra entre Rubena y Fresno logra un modificado que eleva el plazo otro mes y sumará casi un millón más de coste

La mejora del cruce de Atapuerca y Barrios de Colina, uno de los objetivos del proyecto. - Foto: Alberto Rodrigo

La reforma de la N-I entre Rubena y Fresno, una obra que llegó francamente tarde -con la AP-1 ya sin peajes- y que generó un amplio rechazo en el seno de la plataforma para la liberalización de la vieja autopista, sumará casi un millón más de coste.

El contrato, que se adjudicó en mayo de 2018 pero cuyos trabajos no se iniciaron hasta más de tres años después, se encargó a la empresa Obrascón Huarte Lain. OHL se comprometió mejorar los 5,8 kilómetros de carretera con dos de los cruces más peligrosos de todo el corredor Burgos-Miranda, los de Atapuerca/Barrios de Colina y Quintanapalla, por 8,1 millones de euros frente a los 11,9 por los que salió a licitación en agosto de 2017. Sin embargo, esa cantidad parece haberse quedado pequeña, ya que ha logrado un modificado del contrato de 809.190 euros que elevan la cifra total a los 8,9 millones.

La justificación de esta inyección económica se basa en las distintas necesidades surgidas a lo largo de la ejecución de las obras durante estos primeros 8 meses, así como la necesidad de más servicios y suministros. Este coste extra viene acompañado también de un incremento de un mes sobre el plazo previsto de finalización de los viales, que pasa ahora a ser de 25.Con todo ello, la obra debería estar terminada a finales de verano de 2023.

El proyecto recoge la construcción de sendas vías de servicio a ambos lados de la carretera y nuevos accesos mediante glorietas elevadas, tanto a la pequeña zona industrial situada al norte de Rubena como a la carretera que se dirige hacia Atapuerca.

Este último cruce ha sido históricamente muy peligroso, pues cuando la N-I soportaba un gran volumen de tráfico ni siquiera contaba con un apartadero para poder girar a la izquierda en el caso de los vehículos procedentes de Vitoria. 

Desde hace dos años, sin embargo, cuenta con una pequeña raqueta que mejora notablemente la seguridad, y aun así se va a modificar. Los alcaldes de Rubena y Quintanapalla se han mostrado favorables al proyecto, ya que reconocen que ayudará a hacer más atractiva su zona industrial -en el caso del primero de los municipios- y a sacar de la N-I la maquinaria agrícola en el caso del segundo.Sin embargo, el portavoz de la Plataforma de la N-I califica la obra de «totalmente absurda» ya que no se va a acometer un enlace para dar salida a la AP-1 hacia Atapuerca.