Aquelarre gellidista

ALMUDENA SANZ
-

Los lectores de César Pérez Gellida tienen opiniones encontradas sobre su última novela, 'Nos crecen los enanos', que el escritor vallisoletano presenta esta tarde

César Pérez Gellida. - Foto: @cdfotografia

Las pasiones que levanta César Pérez Gellida se han desatado hasta el punto que sus lectores presumen de su condición gellidista. Algunos le ponen tanta vehemencia que es fácil imaginarlos dándose golpes en el corazón mientras se autoproclaman «gellidistas a muerte». Es el caso de Lucía Alonso, librera de Hijos de Santiago Rodríguez, seguidora confesa del escritor vallisoletano, a la que le ha encantado su última novela, Nos crecen los enanos. Esa lealtad ciega no lo es tanto en el caso de María Bartolomé, también vieja gellidista, lectora reflexiva y crítica que ve flaquear al pucelano en este último libro. Una debilidad que, por supuesto, le perdona y se mantendrá en su club. Fortalezas y flojeras se pondrán hoy sobre la mesa del Salón Círculo de plaza de España, donde el autor de novela negra compartirá un encuentro con su público, ya viejo conocido, desde las 20 horas dentro de las citas literarias de Círculo Creativo. 

«Me lo he leído todo y, sin duda, los mejores son Todo lo mejor y Todo lo peor. No estuvo nada mal La suerte del enano. Y Astillas en la piel abrió un antes y un después a lo que estábamos acostumbrados, porque hasta ese momento había utilizado siempre a los mismos personajes, los ponía en unas historias en los que aparecen unos y desaparecen otros. Fue una ruptura y sorprendió mucho. En un principio, como lectora gellidista, me desconcertó, pero luego me gustó que me llevara por otro mundo absolutamente distinto. ¿Qué pasa en este? Que ha recuperado a algunos de esos personajes conocidos y en algunas ocasiones los ha metido con calzador. El libro está bien, pero esperaba que hubiera continuado por otro lado», desarrolla Bartolomé, quien se rebela contra su ídolo y, atrevida, asegura que «ha dado un paso atrás en una carrera en la que había dado un salto brutal». 

Nos crecen los enanos parte con la aparición de dos cadáveres en un pinar de Valladolid. La autopsia revelará que uno de ellos es el principal sospechoso de unos crímenes acaecidos en Urueña varios años atrás, con lo que supone un giro de guion que deberán enderezar Bittor Balenziaga y Sara Robles, encargados de aquel caso expuesto en su anterior novela. 

Para Alonso el enlace que hace con Astillas en la piel y el argumento siguen siendo prodigiosos (...)"

(M´ñas información, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy jueves o aquí)