La decisión unilateral de cerrar las zonas de agua -piscinas y spa- por parte de Supera, la concesionaria de las instalaciones municipales del Centro Deportivo José Luis Talamillo, se está cobrando ya sus consecuencias. La empresa reconoce que está sufriendo más bajas de abonados de las habituales una vez que llevan un mes sin ofrecer servicios acuáticos por culpa del alto coste de la energía.
«Hay gente que usa la piscina para entrenamientos específicos, indicaciones terapéuticas... y que ahora no puede hacerlo, por lo que están renunciando», reconocen fuentes de la compañía deportiva. El pasado 11 de marzo decidieron dejar de ofrecer el 20% de sus servicios alegando los precios disparados de la luz, que elevan a cotas nunca antes vista su factura de la electricidad. El Ayuntamiento, propietario de las instalaciones, les exigió la reapertura inmediata de las mismas, pero la compañía no cedió ni un milímetro su postura.
Alegan desde Supera que registran consumos que se han incrementado en un 300%, incluso más. «Y el problema es que nadie garantiza que esto no vaya a seguir subiendo aún más. Esto genera unas pérdidas inasumibles de todo punto», apuntan fuentes de la compañía. La idea, según avanzaron, es revertir la situación en cuanto se normalice el asunto energético. Mientras tanto, confirmaron que todos los trabajadores pasarán a estar incluidos dentro de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Los servicios jurídicos del Ayuntamiento iniciaron hace semanas un expediente sancionador al entender que la empresa ha incumplido los términos en los que firmó el contrato de gestión del centro. Los técnicos continúan analizando al detalle todos los pormenores del mismo y redactando el documento, un hecho que se está repitiendo en todos los Consistorios donde Supera ha decidido ejercer la misma acción.
No se trata de una decisión que afecte solo a Burgos, ya que son varios los centros que gestiona la entidad que han optado por la misma solución. Santander,Móstoles, Parla, Marbella... así hasta 25 localizaciones a lo largo y ancho del territorio nacional. En el caso de Valencia se optó por sacar por vía de urgencia el concurso de gestión de los polideportivos de Abastos y Ayora tras el cierre de las piscinas decretado por la empresa concesionaria.
Mientras tanto, y aún con los costes de la energía disparados, la firma no tiene intención de volver a reabrir la piscina y la zona de spa. Queda por ver qué decisión tomará una vez se superen las vacaciones de Semana Santa, ya en plena recta hacia el verano, una de las épocas con mayor presencia de clientes en los gimnasios. En el resto de centros de la ciudad, ya de titularidad privada, no han tenido de momento que recurrir al cierre de estos espacios.