Vacías por prescripción

I.L.H.
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El fotógrafo Rodrigo P. Castaño ha recorrido todas las capitales de Castilla y León durante la cuarentena. Sus imágenes retratan la soledad, el desasosiego y la preocupación por los estragos del coronavirus y la inactividad de los negocios

El fotógrafo, que firma en Instagram como @rodrigopcfoto, pasó por Burgos a primeros de mes, cuando ya había pasado lo más duro del confinamiento.

Cabizbajos. Así describe a los escasos ciudadanos con los que se ha topado en las calles vacías por el confinamiento. No se apartaban para la foto, pero agachaban la cabeza para sumirse en sus pensamientos, aplacar sus preocupaciones o evadirse de lo que supone resumir una estampa que se ha repetido por todo el país. Como Rodrigo P. Castaño, fotógrafo madrileño con vínculos en Castilla y León, no podía recorrerlo entero para reflejar la España vacía por prescripción médica, así que se centró en las nueve capitales de la región. 

La misión no ha sido sencilla porque aunque por su profesión podía desplazarse entre provincias, el cierre de hoteles, hostales y pensiones para pernoctar y la clausura de bares o restaurantes en los que hacer una parada táctica para proveerse de vituallas y utilizar el servicio, hizo que los viajes tuvieran que ser de ida y vuelta en el día: «Para las capitales de la zona oeste de la región me quedé en Cacabelos, de donde es mi familia y tengo casa, y para el resto iba y venía desde Madrid», repasa una vez concluido este proyecto personal.

La idea se le ocurrió tras un encargo de la empresa de comunicación Agrifood, que le encomendó retratar en Madrid cómo estaba afectando el coronavirus al sector de la alimentación y, por extensión, al pequeño comercio y a toda la ciudad. «De Madrid tuve que ir a Barcelona a algo parecido y pensé que estaría bien reflejar lo que ocurría en toda España, pero como resultaba un tanto inabarcable me quedé en Castilla y León. Aunque ahora, con la flexibilización de las medidas del confinamiento, me gustaría continuar con Valencia, Sevilla, Málaga, Cádiz, Bilbao, San Sebastián... Hasta donde llegue». 

Calle La Paloma. Calle La Paloma. - Foto: Rodrigo P. Castaño

Con fotografías que parecen captadas en medio de una tormenta -y qué ha sido, o es, esta crisis si no una perturbación de nuestra cotidianidad-, Pérez Castaño retrata los claroscuros de unos meses extraños que han dejado ver otro enfoque de la ciudad: «No he utilizado ningún filtro. Lo que he hecho es llevar al límite el retoque para obtener un mayor contraste».

Burgos ha sido una de las últimas capitales que ha captado y lo hizo a primeros de mayo. Y aunque ya había pasado la época más dura del confinamiento admite que, como en todas las ciudades, le ha impactado «recorrer en silencio aquellas zonas que has conocido llenas de bullicio». «Sentirlas vacías provoca desasosiego y sobre todo al fijarte en el drama que supone ver tantos pequeños negocios cerrados. Hay una sensación extraña al notar la inactividad», resume.
Durante todo el proceso es incapaz de calcular cuántas fotos habrá realizado, aunque estima que en cada ciudad ha podido tirar entre 300 y 400. «De esas he elegido unas cinco o siete», afirma mientras comenta que ya le han ofrecido hacer alguna exposición, aunque cree que para colgarlas es mejor esperar a que pase el tiempo y se conviertan en testimonio de lo que fue.

La calle San Lorenzo sin el bullicio de negocios y bares.
La calle San Lorenzo sin el bullicio de negocios y bares.