Los tres años de crisis sanitaria han agudizado la tantas veces anunciada crisis de personal en las consultas médicas de la provincia, ya que jubilaciones esperadas por mera cuestión de edad se produjeron antes de lo previsto. Así, Burgos ha perdido 138 facultativos desde el comienzo de la pandemia: 43 en 2020, 45 en 2021 y 50 en 2022, según el Colegio profesional. La mayoría trabajaban en Sacyl, por lo que las jubilaciones de este período equivalen a más del 10% de su plantilla (1.100 galenos, según datos oficiales).

Más de la mitad de los especialistas que colgaron la bata el año pasado pasaban consulta en Primaria (30), donde la sangría podría haber sido mayor porque unos cinco optaron por seguir en activo. Sin embargo, hubo otros que podrían haber esperado al 2023 y a última hora decidieron agilizarlo para beneficiarse del aumento del 8,5% de las pensiones. 

Esta aceleración en las jubilaciones no es exclusiva de la categoría médica (también se vive en la enfermería, con 73 bajas por edad solo en 2022) y la previsión es que este año también sea crítico. Pero, quizá, algo menos de lo esperado porque retiradas previstas para el 2023 (otras 36 solo en Atención Primaria) ya se han producido. 

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