Caderechas se une contra el parque eólico de Escóbados

S.F.L.
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Los alcaldes del Valle, preocupados por el impacto visual y ambiental que generará la instalación de 8 aerogeneradores, contratarán el servicio de un abogado para que les ayude a redactar alegaciones

El Valle cuenta con la máxima categoría ambiental de hábitat de aves planeadoras. - Foto: DB

El proyecto de construcción de un parque eólico en Escóbados de Arriba se ha modificado. La empresa Generadora Eléctrica Verde I planea instalar finalmente 8 aerogeneradores en vez de los 14 inicialmente planteados, y solicita a la Junta la autorización administrativa previa y la evaluación del impacto ambiental. Un hecho que preocupa, y mucho, a los vecinos de los pueblos del Valle de Caderechas, que se han unido en contra de la ubicación de la futura instalación.

El  impacto medioambiental y visual que generaría en el entorno inquieta considerablemente a los alcaldes de las localidades del Valle, que pretenden «contratar el servicio de un abogado» especialista en temas relacionados con el medio natural, con el fin de intentar parar el proyecto.

Rubén Fernández, regidor del Ayuntamiento de Rucandio y de la junta vecinal de Hozabejas, deja clara su postura favorable al uso de las energías renovables. No obstante, sostiene que «la instalación de los aerogeneradores es un atropello contra la flora y fauna del entorno». Asimismo, reitera que la base de sus argumentos se centra en la masificación de este tipo de instalaciones en la provincia ya que «este parque será uno más de todos los previstos en la zona norte de Burgos», añade. Mikel Sabarte, presidente de la entidad local menor de Huéspeda, comparte el mismo discurso. «Existe numerosa jurisprudencia que establece que la protección de la Red Natura 2000 (LIC+ZEPA) se debe desarrollar no solo dentro de los límites de dicho espacio, sino que debe abarcar también las zonas limítrofes a las superficies protegidas», explica. A escasos metros del territorio en el que se pretende instalar el parque eólico se ubica una zona ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves), aprobada por la Junta, y otra LIC (Lugares de importancia Comunitaria). Esta segunda denominación corresponde a las áreas del territorio europeo designadas de interés por su potencial contribución a restaurar el hábitat natural, incluidos los ecosistemas y la biodiversidad de la fauna y la flora silvestre.

Carlos Palma, portavoz de la Asociación Mesa Eólica Merindades, manifiesta que Caderechas cuenta con la «máxima categoría ambiental de hábitat de aves planeadoras y no se puede permitir que acaben con ello». La agrupación mantiene una estrecha relación con los alcaldes y les ayudará a tramitar las alegaciones que pretenden presentar contra el parque.

 Los aerogeneradores tendrán una altura de buje de 135 metros, a lo que hay que sumar un diámetro de rotor de 170 metros. «Estas características evidencian la magnitud del proyecto y el impacto que tendrá, no solo a nivel visual, sino para la salud y la calidad de vida de los habitantes del Valle de Caderechas y la biodiversidad del territorio», aclara Palma.

José Antonio Martínez siente debilidad por su Valle y por Herrera, su pueblo. Le cuesta trabajo recordar las legislaturas que lleva como alcalde y a pesar de que apoyará a sus compañeros de batalla a favor de conservar la zona sin molinos de viento, reconoce que «a día de hoy la luz está carísima y de algún sitio tiene que venir la energía».

A FAVOR DEL PARQUE. Mientras unos pelean para intentar frenar el proyecto, otros se muestran encantados con su desarrollo. Es el caso de Pedro Iglesias, regidor de la pedanía de Escóbados de Arriba, que asegura que la instalación supondrá un «importante ingreso económico para el pueblo y garantiza su supervivencia».