Onésimo Sánchez, actual entrenador del Celta de Vigo B, llegó al Burgos CF en los primeros días de enero de 1999 con la etiqueta de refuerzo de lujo. Tras más de una década en la elite en equipos como el FC Barcelona, el Sevilla, el Real Valladolid o el Rayo Vallecano se había quedado sin equipo en la temporada 98-99 y el club blanquinegro, que tenía como objetivo ascender a Segunda División, entendió que podía ser la guinda que le faltaba al proyecto de aquel curso.

«Se lo ofrecieron a José María Quintano -entonces presidente del Burgos CF- que vivía en Valladolid. Me lo comentó y le dije que era un jugador que nos podía venir bien en la segunda parte de la Liga, aunque llegara fuera de forma», comenta Félix Arnaiz Lucas, técnico que se hizo cargo del equipo en la décima jornada.

Onésimo echa la vista atrás y recuerda con cariño aquella época. «Fue poco tiempo, pero estuve muy a gusto y muy cómodo en el equipo», señala el ahora técnico del filial celeste. Asegura que existía «un buen grupo en el que había gente de mucho nivel y que además jugaba bien». Lamenta que se quedaran cerca del ascenso en aquel play off junto a Elche, Melilla y Universidad de Las Palmas e insiste en que ese Burgos CF «hacía un buen fútbol y los aficionados disfrutaban».

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)