Fer: «Estoy orgulloso de haber formado parte de todo esto»

ROBERTO MENA
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ENTREVISTA | Después de 18 temporadas como jugador del Juventud del Círculo, Fernando Güemes ha colgado las botas en un club que considera su casa y en el que seguirá colaborando, aunque no sobre la cancha

Fernando Güemes ha colgado las botas después de 18 temporadas como jugador del Juventud del Círculo, un club al que considera su casa y en el que seguirá colaborando, aunque no sobre la cancha. - Foto: Jesús J. Matías

A sus 36 años recién cumplidos Fernando Güemes, conocido en el mundo del fútbol sala como Fer, cuelga las botas, aunque continuará en el Juventud del Círculo realizando otras labores. Tiene claro que la entidad verdiblanca es su casa después de haber defendido la camiseta arlequinada durante 18 temporadas. Se queda con las personas, con todo lo vivido durante casi dos décadas y destaca la evolución deportiva del equipo, que ha pasado de jugar en Provincial a estar plenamente asentado en la Segunda B. Ha tratado de ser un buen capitán y allanar el camino a los recién llegados, pero sobre todo está «orgulloso de haber formado parte de todo esto».

¿Cómo empieza su largo periplo como jugador de fútbol sala?
Jugaba en La Salle en Juegos Escolares, donde estuve hasta la etapa juvenil. Fue entonces cuando me llamaron del Juventud del Círculo y hasta día de hoy. Empecé con Javier Vicente, que fue el que me reclutó, y cuando subí al primer equipo comencé mi etapa con Raúl Zamora.

Hubo temporadas que convivieron con el Burgos FS. ¿Tuvo opciones de cambiar de bando?
Siempre he estado encantado en el Juventud y soy un jugador de club. Nunca me llamaron para irme a otro sitio, pero tampoco lo hubiera hecho. Fue el equipo que apostó por mí y que me dio la oportunidad y creo que eso hay que valorarlo.

Pese a que ha habido etapas en las que en Burgos han convivido dos equipos de fútbol sala que eran competencia directa siempre ha habido buena sintonía, algo que no se acaba de conseguir en otros deportes.
Así es. En este mundillo nos conocemos todos y ha habido jugadores que han pasado de un equipo a otro y no ha sucedido nada. Cada uno estaba centrado en su proyecto y había buen rollo. Es más, el Juventud tiene ahora un acuerdo con La Amistad, que surge del Burgos FS, y se ha convertido en nuestra cantera, por lo que se puede decir que ahora mismo los dos clubes vamos de la mano. Al final todo esto beneficia al fútbol sala de nuestra ciudad y a los jóvenes futbolistas que van surgiendo.

Como verdiblanco ha vivido campañas en Provincial o en Primera B. ¿Ver ahora al equipo asentado en la actual Segunda B es también una satisfacción personal?
Sí. Además hay que pensar que es un proyecto cien por cien burgalés. El sentido de pertenencia que tenemos todos es muy grande. Todos somos gente de la casa y eso hace que sientas el club muy tuyo. No es lo mismo jugar para 'tu' equipo que para un equipo.

¿Con qué se queda?
Me quedo con todo lo que he vivido y no solo a nivel deportivo. Sobre todo me quedo con las personas y con los grupos de los que he formado parte. Todos esos recuerdos de viajes, de partidos, de amistades me los quedo para mí. Es un orgullo el haber formado parte de todo esto.

¿El Juventud del Círculo es parte de su vida?
Así es, aunque hay que decir que supone un sacrificio. No somos deportistas profesionales, pero tratamos de hacer las cosas bien para poder alcanzar los objetivos. A lo que hay que añadir que tus fines de semana están supeditados a los partidos que juegues. No vivimos de ello, pero es necesario un esfuerzo para seguir. Lo que quiero dejar claro es que dejo las canchas, pero no el Juventud del Círculo.

¿Qué es lo que más va a echar de menos?
Es un fin de etapa como jugador, pero seguiré vinculado al club. Lo cierto es que el otro día en la grada me sentía raro. Voy a echar de menos el café previo, ver la sesión de vídeo antes, esos nervios de jugar y la competición. He vivido una bonita etapa, pero ahora toca otra que espero que también sea gratificante para mí.

¿Lo tenía ya meditado o que el equipo quedara encuadrado en el grupo I ha sido el empujón final?
La idea me rondaba en la cabeza hace tiempo. Han sido muchas temporadas y muchos sacrificios. Quería disfrutar para estar con los míos, de mi tiempo de ocio de los fines de semana y hacer lo que te pierdes cuando estás jugando. El grupo que nos ha tocado con esos largos viajes no se puede decir que fuera el detonante de esta decisión, pero también sumó para dar el paso. Me veo en forma y creo que podía haber jugado alguna temporada más, pero vi que era buen momento para dejarlo porque el equipo está en una situación muy buena y con una plantilla increíble. Pensé que lo adecuado era dar un paso a un lado.

¿Agrada ver cómo van creciendo los más jóvenes?
A medida que van pasando las temporadas sacrificas el ego personal por el bien del colectivo. Creo que seguía aportando también en la cancha, aunque con otro rol que al principio. Quizás era la mano derecha de Raúl Zamora o su proyección en el campo en ciertos momentos. Pero el nivel del grupo está subiendo y es un lujo haber visto crecer y evolucionar a la mayor parte de la plantilla, porque a muchos les conozco desde que eran chavales.

Su entrenador, Raúl Zamora, destaca ese trabajo que no se ve y que ha realizado en el vestuario.
He hecho esa labor de mentor porque me sentía identificado en ellos, ya que llegué con 18 años al primer equipo. Lo que he tratado es que todo el que llegara se sintiera cómodo, que aprendiera los automatismos, las jugadas de estrategia… Tratar siempre de echar una mano y ayudar, sobre todo a los más jóvenes. He tratado de que todo el mundo estuviera a gusto porque considero al Juventud una familia.

Así que Fer era el hermano mayor y Raúl Zamora el padre de esa gran familia.
Insisto en que me veía identificado en esos jóvenes que llegaban y quería que el cambio les resultara lo más fácil posible. Igual que a mí me recibieron muy bien cuando llegué al primer equipo he querido hacer lo mismo.

¿Qué ha supuesto para usted la figura de Raúl Zamora en todos estos años?
Es el alma máter del proyecto al que le debemos todo. Es increíble lo que ha logrado. Cogió un equipo en Provincial y no solo lo tiene en Segunda B, sino que está asentado y quizás pueda ambicionar hasta a algo más. Es la figura clave y estoy agradecido a él, no solo por lo que he aprendido con él a nivel deportivo, sino también en el terreno personal. Es una persona excelente y le considero mi amigo, algo que muchas veces es complicado entre un entrenador y un jugador.

¿Le veremos en un futuro cercano como técnico?
Me he planteado sacarme la titulación. Tengo el nivel 1 y me gustaría seguir formándome. Siempre he sido entrenador en Juegos Escolares y desde que llevo jugando estoy entrenando en distintos centros. Me gusta mucho esa labor de formar, pero no sé a qué nivel podré estar, pero es una opción que está ahí.