Más de un 70% de los jóvenes considera que el consumo de cannabis es menos perjudicial que el de alcohol y un 73% cree que también daña menos que el tabaco, según un informe de la Fundación FAD Juventud que demuestra que esta droga consolida su proceso de normalización social.

Este es uno de los datos más llamativos de la investigación de la fundación financiada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas que se ha presentado este miércoles en Madrid y que recoge que los jóvenes conocen bien los riesgos de su consumo pero los asumen por los "beneficios" que perciben.

Divertirse, relajarse y experimentar grupalmente son los motivos que llevan a los jóvenes a consumir, mientras que los principales riesgos son para ellos los problemas legales, los daños a la salud y los problemas sociales por ejemplo con la familia, en el centro educativo o con los amigos.

El estudio Representación social del cannabis 2022. Evolución desde la mirada diferencial de la población joven se ha realizado a través de una encuesta por internet a 634 jóvenes de 18 a 34 años, y a 382 personas de entre 35 y 65 años, que permite comparar las percepciones actuales con las de otra encuesta de 2016.

Entre la juventud, más de la mitad (un 55%) cree que es necesario afrontar una regulación en España del uso terapéutico del cannabis, aunque solo un 34,6 % apoya regularlo para uso lúdico.

También son más los que creen que habría que suavizar las normas actuales de consumo, venta y cultivo (33,8%), aunque un porcentaje considerable es partidario de endurecerlas (27,7%). Los jóvenes señalan los problemas mentales como las principales dificultades que tienen las personas concretas de su entorno que consumen cannabis.

"Tarde o temprano vamos a tener que afrontar un proceso de regulación, sea el que sea, y lo que tenemos que hacer es enfocarnos en la prevención", ha asegurado en la rueda de prensa la directora general de la Fundación FAD Juventud, Beatriz Martín Padura, que considera que sin un trabajo previo de prevención no se podrá regular el consumo sin que tenga daños y efectos contrarios a los deseados.

La Fundación FAD recuerda que otros países van por delante en cuanto a la legalización del uso terapéutico y lúdico del cannabis, un camino hacia el que España y Europa caminan también, aunque los primeros datos que se desprenden de esos cambios no son positivos.

"Cualquier proceso nos tiene que pillar preparados, la única manera de prepararnos es a través de la prevención", ha señalado en la rueda de prensa Beatriz Martín Padura.

La percepción de la juventud respecto a esa posibilidad de cambio es bastante favorable, más que entre la población adulta. Según la encuesta, la mayoría de los jóvenes cree que aumentarían los consumos pero solo uno de cada cuatro opina que habría más problemas.

Un 16% dice que probaría el cannabis si se regularizase su uso recreativo y un 18 % asegura que consumiría más.

"La visión general del futuro respecto al cannabis es optimista, creen que las normas se van a suavizar", ha expuesto en la rueda de prensa Eulalia Alemany, la directora técnica de la fundación.

La Fundación FAD explica que ha aumentado la "normalización" del consumo de cannabis en España pero no la banalización porque los jóvenes son muy conscientes de los riesgos. De hecho, el 55 % cree que el riesgo general de consumir cannabis es bastante alto o muy alto, el 32 % lo considera medio y solo el 12 % bajo o muy bajo.´

Entre quienes consumen de forma ocasional, el consumo experimental va más vinculado a la diversión (40 %), al grupo (25 %), a la curiosidad (25,7 %) y a la moda (15 %) y el consumo habitual a la relajación (38,6 %), la evasión (33,5 %) y el placer (19,1 %). Los motivos terapéuticos solo son señalados por un 19,5 % de las y los encuestados sobre el consumo habitual.

España está a la cabeza de Europa en cuanto al consumo de cannabis entre la población joven y algunos de ellos asumen que consumirían más si llega la regularización. La presidenta de la Fundación FAD ha incidido en la necesidad de preparar el terreno para la regulación.

"Creemos que si se trabaja bien la prevención desde ya, ese número (de jóvenes que dicen que consumirían más) puede cambiar", ha dicho, poniendo como ejemplo cómo en España se ha conseguido por ejemplo reducir el consumo de tabaco y cambiar también su percepción social.