La compraventa de pisos cae un 33% al final de 2022 en Aranda

I.M.L. / Aranda
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El sector inmobiliario lo achaca a la incertidumbre del mercado y las subidas de los tipos de interés. La tendencia a la baja se mantuvo hasta febrero pero los agentes ya notan la reactivación de los inversores

El mercado inmobiliario en Aranda mantiene la tónica de los últimos años: más demanda que oferta. - Foto: Patricia

El mercado inmobiliario en la capital ribereña sufrió un llamativo bache en el cuarto trimestre del año pasado. Cuando la tónica habitual en las rectas finales de cada ejercicio viene siendo que aumenten las operaciones de compraventa, en 2022 se registró una caída del 33% con respecto al mismo periodo del año anterior. Según los datos publicados por le Ministerio de Vivienda, en Aranda se vendieron 141 pisos, de los que 85 fueron de segunda mano y 56 de nueva construcción. 

Este cambio de tendencia inmobiliaria lo justifican los agentes locales del sector a la incertidumbre económica que se generó con el paulatino incremento de los tipos de interés de las hipotecas y el coste de los bienes y servicios en general. «Ya empezaron a asustarnos con las subidas del Euribor, lo achaco a eso», apunta Javier Guijarro, gerente de Alfa Aranda Inmobiliaria. «Esa bajada no es habitual, el último trimestre del año suele ser el mejor, pero la subida de las hipotecas ha provocado eso», remarca Mamen Matesanz, responsable de Inmoba Aranda.

A pesar de ese bajón coyuntural, las cifras generales del mercado inmobiliario en la capital ribereña vuelven a mostrar que no deja de haber actividad en el sector y que, de hecho, el año 2022 mejoró las cifras de su antecesor. El número total de transacciones que se realizaron el año pasado fue de 566, lo que supone un 13,5% más que las efectuadas en 2021, cuando cambiaron de mano 499 inmuebles.

Con el paso de los meses, y aunque sigue la escalada de los tipos de interés, las inmobiliarias arandinas ya han visto reactivarse el mercado y los compradores vuelven a animarse a realizar operaciones. «La gente sabe que el ladrillo es un valor refugio siempre, rentable siempre, nunca pierdes dinero, no es como la bolsa que sube y baja; se sigue vendiendo y los que compran son pequeños inversores, y los que buscan una vivienda igual se lo piensan más, pero también», apunta Matesanz. «Se ha vuelto a reactivar porque la gente que tiene dinero lo está metiendo en ladrillo, porque en el banco o en acciones nadie se atreve, el ladrillo es una inversión segura», insiste Guijarro, que constata que «siempre ha habido clientes de este tipo pero ahora más».

Una de las tendencias globales que se está registrando en el ámbito inmobiliario es el reajuste de precios que se están dando ya en grandes ciudades para poder contrarrestar las subidas de los tipos de interés. Frente a eso, los agentes inmobiliarios en Aranda valoran dos escenarios contrapuestos. «Se tendría que hacer un reajuste de precios, el que quiera vender tiene que entrar en eso, pero a la gente de Aranda le cuesta porque piensan que lo están regalando», expone Matesanz, que recuerda que lo que pasa en las grandes ciudades acaba replicándose en Aranda pero con tres o cuatro años de retraso. Sin embargo, Guijarro opina que «el mercado inmobiliario es muy local» y en Aranda «hay más demanda que oferta, no hay vivienda nueva, sí de protección oficial, y  de segunda mano hay poca, por eso el que tiene un piso lo hace valer y el que quiera un piso tiene que pagarlo».

Los precios varían mucho, pero al final de 2022 el metro cuadrado en Aranda estaba a 1.116 euros, lo que supone un incremento del 2,2% que el valor registrado a lo largo del tercer trimestre del año.