Los empresarios textiles de Pradoluengo siempre estuvieron a la vanguardia de los avances tecnológicos para que sus empresas continuaran siendo competitivas y traer a la villa los últimos inventos. Ese espíritu emprendedor perduró en muchos de esos industriales que también tuvieron tiempo para sus aficiones, como por ejemplo Valentín de Miguel, aficionado al cine y que grabó algunas películas, en 16 milímetros y en color, como por ejemplo la que recoge escenas cotidianas de la villa entre 1965 y 1968, y que hoy se han convertido en joya costumbrista.
Los familiares de ese empresario, tras digitalizar la película de esos tres años, decidieron ponerla en manos del pradoluenguino Lorenzo Arribas, que ya tiene experiencia en manejar este tipo de material (ha trabajado con otras películas de Armando de Miguel y de Alfonso Lozano) y lograr su máxima difusión, además de contribuir a conservar una parte importante de historia de la localidad. Tras meses de trabajo, con la colaboración de un equipo multidisciplinar, este sábado se estrenará una adaptación 'moderna' de esta película titulada Recuerdos de un pasado. Pradoluengo 1965-1968.
El guión del filme es obra del historiador local Juan José Martín, la voz en off de Jesús Pino, los comentarios de José Fidel Ruiz 'Toffe' y el resto del trabajo, es decir la edición y montaje, adaptación musical y dirección corresponden a Lorenzo Arribas, quien se muestra muy satisfecho del resultado obtenido y espera que este sábado, a partir de las siete de la tarde y en el Teatro Cinema de la villa textil, los pradoluenguinos disfruten viendo a personajes que ya forman parte de la historia de este pueblo y a los que mucho, como el mismo Arribas, conocieron de niños.
El director agradece a la familia de Valentín de Miguel que le pasaran esta película, ya digitalizada, y otras dos, también muy curiosas de los años 1950 y 1962. «Lo que hemos hecho, básicamente, es convertir esta obra muda de una hora y diez minutos, tras un importante montaje, en una película en la que aparecen personajes curiosos, como por ejemplo la conocida como 'cuadrilla de la cizaña', además de batanes e industrias textiles, así como actos festivos o simplemente vecinos alternando, chiquiteando o tomando el vermú», afirma Arribas, quien considera que la película «ha quedado bien, me gusta».
Arribas reconoce que en esa época había numerosos empresarios ligados a la villa que tenía una gran pasión por el cine y que son numerosas las familias que guardan esta grabaciones que desde hace unos años se están intentando 'rescatar' y difundir, tras un montaje «complejo porque lo hacemos de forma amateur, el montaje es difícil porque hay que hace coincidir las escenas como el guión», afirma el director de este filme.
Sin hechos relevantes, declara el directo, la película recupera algunas empresas que ya no existen y «personajes famosos a nivel local, hay gente que sale y a otros muchos se les va reconocer, y por eso se está generando una gran expectación», manifiesta Arribas, quien tiene la intención del colgar esta película en la página web y el canal que tiene sobre Pradoluengo.