El sol se nubla sobre Piedrahíta de Muñó

I.P.
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Hispania Nostra incorpora a la Lista Roja la ermita románica del siglo XI y el molino caído, inmuebles ligados a la historia religiosa y etnográfica del pueblo que llevan décadas en ruina

El molino caído, de propiedad privada, está hundido y lleno de maleza. - Foto: V. Mardones

Cuenta la leyenda que durante la batalla de Hacinas, las tropas cristianas encabezadas por Fernán González iban perdiendo la contienda. El conde castellano se apeó de su caballo y se arrodilló en el suelo pidiendo a la Virgen una hora más de sol para poder vencer al ejército musulmán. Esta escuchó su petición y le concedió esa hora necesaria para que Fernán González se alzase con la victoria. Como agradecimiento, en el lugar donde se arrodilló se levantó una ermita que se conoce como la Virgen del Sol.

Aunque según diversos estudios, la batalla nunca tuvo lugar, el templo sí existió y ha sido lugar de culto durante siglos, aunque buena parte del mismo se vino abajo en la década de los 80 del siglo pasado.

La ermita de la Virgen del Sol forma parte del patrimonio de Piedrahíta de Muñó, donde se ubica, y sus orígenes parece que se remontan a los del mismo pueblo, entre los siglos X y XI. Ahora, Hispania Nostra la acaba de incluir en su Lista Roja dado su estado de ruina, y aunque carece de protección, la entidad que vela por la conservación del patrimonio destaca su antigüedad y su vinculación (no probada, reconoce) a la batalla de Hacinas.

Vista de la ermita, que conserva las paredes y parte del ábside, pero perdió gran parte del tejado y del interior.Vista de la ermita, que conserva las paredes y parte del ábside, pero perdió gran parte del tejado y del interior. - Foto: V. Mardones

La petición a Hispania Nostra ha surgido de la Asociación de Vecinos Mataloyo, que entiende que es una manera de reconocer la importancia de ese patrimonio y poner de manifiesto la necesidad de preservarlo. Su presidenta, Verónica Mardones, asegura que hay que ser conscientes del riesgo que existe de que ese patrimonio se pierda, y espera que algún día ambos inmuebles pasen a la Lista Verde.

La ermita, propiedad del Arzobispado, se ubica en una vega. Lo más antiguo que conserva es un ventanuco a la izquierda del altar, y ha sufrido posteriores intervenciones como muestran el arco interior o las pinturas del altar. De hecho, explica el alcalde de Piedrahíta, Javier Fernández, el pueblo levantó una pared que se desplomó hacia mediados del siglo pasado, e incluso, cuando se cayó parte del tejado se quiso arreglar, pero la Diócesis la inmatriculó a su nombre y ahí se quedó. A partir de ese momento, comenzó su deterioro, y ante su estado, se retiraron algunos elementos artísticos y la imagen de la Virgen que se trasladaron a la iglesia. 

En septiembre, esa talla se sigue sacando en procesión por el pueblo y por la noche los vecinos celebran una cena de hermandad.

Pese a su estado de ruina, se mantienen en pie las paredes y parte del ábside, pero está rodeada de  restos caídos y de zarzas. En cuanto a sus características arquitectónicas, la ermita es de una sola nave, realizada en sillería. El ábside es recto con cubierta de bóveda de cañón, en cuyo interior se conserva parte del retablo y decoración de las paredes y al que se accede desde la nave por un arco ojival posiblemente del siglo XV. Va recorrido exteriormente por una cornisa que se apea en un total de 18 canecillos, todos ellos iguales y sin ornamentación. Según consta en el informe, la estructura tiene cierta similitud con la cabecera de la iglesia, por lo que se deduce que comparten la misma fecha de construcción, en época tardorománica.

Molino de uso agrícola. Además de la ermita, Hispania Nostra  ha sumado otro inmueble a su Lista, en este caso de uso agrícola y ganadero, como es el molino Riola, más conocido como molino caído. Es uno de los dos con que contaba la localidad; el de titularidad pública fue rehabilitado, mientras que este es pasto de la ruina. 

El edificio contaba de dos plantas y se integraba dentro de la roca en su pared norte. Se conserva un vano que debió ser un balcón que daba al río Pedroso, la puerta y otra ventana, y tanto el interior como el entorno está poblado de maleza.