Lo suyo es el fútbol, pero Adriana Nanclares tuvo ayer el reconocimiento que Miranda le había prometido hace semanas, cuando ganó la medalla de oro del Campeonato del Mundo sub-20 con la Selección Española de Fútbol. En Brasil, la mirandesa tocó el cielo por primera vez, pero lejos del terreno de juego ahora vive la prolongación del sueño. 

«Estos actos y en tu ciudad dan mucha emoción», reconocía la jugadora de la Real Sociedad tras hablar a unas 500 personas desde la balconada del ayuntamiento. «Este campeonato es el resultado de la ilusión, el trabajo y el esfuerzo de una niña que desde pequeña soñaba con poder hacer algo grande en un deporte de tan poca visibilidad», reconocía a los asistentes.  Pese a que apuntaba alto, la guardameta admitía que «nunca me lo hubiese imaginado hace unos años y queda tiempo para asimilarlo, porque creo que es algo muy grande y que quedará para toda la vida», afirmaba Nanclares.

La mirandesa comenzó jugando el campeonato, pero problemas físicos la obligaron a pasar al banquillo. «Las sensaciones fueron muy buenas, pero al final venía de una temporada con muchas lesiones y tener al oportunidad de ir y competir fue un premio», aseguraba Nanclares, que admitía que cuando «llegó la mala fortuna y me lesioné, sabía que no había tiempo porque en el campeonato  juegas cada tres días y me tocó apoyar desde fuera».

En cualquier caso «me siento más que partícipe», matizaba la protagonista del homenaje. Con la medalla de oro en su poder, Nanclares es consciente de que este tipo de triunfos afianzan las carreras, y en su caso reconoce que «estoy dando pasos y todo lo que sea ganar títulos y hacer las cosas bien, nos puede llevar luego a escaparates más grandes y sobre todo a seguir creciendo».

Su trayectoria marca una línea ascendente desde hace años, en un deporte en el que los hombres acaparan gran parte del protagonismo. Por eso, a los que todavía critican al fútbol femenino les dijo «que los que no lo valoran es que no lo han visto y no se han dado cuenta de lo que podemos hacer las mujeres».

Pero tanto en el balcón, como después, Nanclares habló directamente a las niñas apasionadas del deporte rey.  «Invito a todas a que dejen atrás todos los prejuicios y estereotipos que a día de hoy siguen presentes», lamentó la mirandesa, que tuvo que salir de Miranda para seguir jugando a las 14 años.

Hoy lo tendría que volver a hacer, porque no hay estructura en la ciudad para las féminas, algo que «es una pena y hay niñas que se quedan por el camino y ojalá que en una ciudad comoMiranda dentro de poco tengamos un equipo femenino». 

Sus deseos se mezclan ahora con la competición que acaba de empezar, en una temporada en la que «tenemos Champions, así que estoy segura de que disfrutaremos de este año».