Hispania Nostra suma la iglesia de Rozas a la Lista Roja

A.C.
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El templo, construido en 1401 por el II Señor de La Revilla y que estaba adosado al desaparecido palacio de La Revilla, lleva sin culto desde 1972. La pedanía no logró el apoyo de la Diputación en 2013 y 2014

La antigua pila bautismal está hecha pedazos en la entrada del templo. - Foto: A.C.

David Labrado Varona, quien fuera alcalde pedáneo de Rozas de Valdeporres por el PSOE durante doce años hasta 2019, se declara ateo, pero a pesar de ello, intentó sin éxito recuperar la iglesia de la localidad, adosada al palacio de La Revilla. Tanto en 2013 como en 2014 solicitó apoyo a la Diputación Provincial en el marco del ‘convenio de las goteras’, pero no hubo respuesta. Asegura que también lo intentó acudiendo a Patrimonio de la Junta de Castilla y León. Ahora es Hispania Nostra la institución que ha puesto el foco en esta propiedad del Arzobispado al incluirla desde este lunes en su Lista Roja del Patrimonio en peligro. Se cerró en 1972 y ahí comenzó su cuenta atrás. 

Según la memoria técnica que manejó la pedanía, el coste de poner la cubierta al templo para evitar el colapso total de los muros perimetrales que aún conserva, rondaría los 180.000 euros. Con esta inversión se mantendría una iglesia, mandada construir en 1401 por Sancho Sánchez de Velasco, I Señor de la Revilla, después de que su hermano Juan de Velasco le cediera sus posesiones en Valdeporres. Su construcción fue simultánea a la de un palacio adosado que tomó el nombre de la saga de La Revilla y que en 1893 ya se encontraba en estado de ruina, dado que la familia propietaria dejó de residir entre sus muros en 1620. En la actualidad, el edificio ha desaparecido y sus escombros están totalmente escondidos bajo la maleza y los árboles, los mismos que dejan observar los vestigios del cierre perimetral de todo el conjunto, donde con paciencia se puede vislumbrar alguna de sus antiguas almenas tras la vegetación.

David Labrado tuvo la oportunidad de conocer al ya fallecido XVIII Conde de la Revilla, Francisco Arróspide y Ruiz de Arana, que le procuró información sobre el Condado de la Revilla, cuyos dominios se extendieron por Castilla La Vieja, desde el límite Cantábrico, en Rozas y Balmaseda, hasta Briviesca y Barrio de Díaz Ruiz y que fundó casas, no solo en Rozas, sino también en Ungo, Ciella, Nava y Villasana, en el Valle de Mena; Espinosa de los Monteros; Santelices de Valdeporres; Berberana; o Trespaderne. Los herederos de Arrospide, propietarios de la ruina del palacio y el terreno anejo, donde estaba el patio de armas, residen en Madrid, ajenos a su recuperación. 

El antiguo alcalde pedáneo de Rozas, David Labrado, accede entre la maleza a la iglesia de Rozas por las escaleras.El antiguo alcalde pedáneo de Rozas, David Labrado, accede entre la maleza a la iglesia de Rozas por las escaleras. - Foto: A.C.escudos policromados. En lo que queda de la iglesia se pueden ver aún los tres escudos tallados en piedra adosados a la pared en la zona del altar. Aún conservan incluso la policromía estos blasones de las casas de los Velasco, Butrón y Guzmán. El segundo viene de María Estíbaliz de Butrón, esposa del I Señor de la Revilla, y el tercero de Teresa de Guzmán y Manrique, esposa de Fernán Sánchez de Velasco, II Señor de la Revilla.

Una tupida vegetación tapa actualmente las escaleras de acceso al templo, cuya puerta principal se ubica al pie de la torre, la única parte que conserva la techumbre. Esto ha hecho posible que haya sobrevivido el coro, que está justo en la torre-campanario y la bóveda que lo mantiene y que da techo a la zona de la entrada. Lamentablemente, lo primero que se ve en ella es la antigua pila bautismal de Rozas hecha pedazos en el suelo. En la localidad, donde a 1 de enero de 2019, el último dato oficial del INE, se contabilizaban 15 empadronados, la despoblación sin duda ha hecho mella en su patrimonio. Su alcaldesa pedánea, Milagros Sáinz (PP), avanza que tiene pendiente una conversación con el nuevo párroco sobre el templo, pero admite que tiene otros frentes abiertos para dotar de servicios básicos a la localidad, ubicada a pocos kilómetros del malogrado túnel de la Engaña. El presupuesto de 2020 en la pedanía ha sido de 15.000 euros, una cifra mínima comparada con las necesidades de su patrimonio.

A falta de iglesia, los vecinos han celebrado cada junio la misa del patrón, San Juan, bien en una carpa junto a la iglesia en lo que fue el antiguo patio de armas del palacio, o incluso en la antigua escuela y casa de concejo, donde una reproducción del escudo de los señores de La Revilla recuerda el pasado noble de la población.