Clavos que cobran vida propia

R.E. MAESTRO / Villaldemiro
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El castreño José Infante realiza peculiares obras a base de puntas recicladas para representar figuras humanas que van de peregrinos a violinistas y desde el domingo se verán en el museo de Villaldemiro

El Museo de Escultura Metálica de Villaldemiro acogerá los trabajos de Infante hasta después de verano. - Foto: Jesús J. Matías

Hace 16 años comenzó soldando unos clavos y consiguió una figura que se asemejaba a la forma de una mujer en una postura recogida. Ahí nació una pasión que se extiende hasta la actualidad. Y de aquella señora ha salido un violinista, un trapecista, un atleta, una bailarina o un gran peregrino. El artista es José Infante, vecino de Castrojeriz, que reconoce sobre sus obras que «si solo con dos clavos me salió eso, pensé que con alguno más se podrían hacer muchísimas cosas». Efectivamente, se encontraba en lo cierto. Ha logrado crear un sinfín de figuras humanas con diversas formas y tamaños, que quien desee podrá descubrir de cerca desde este mismo domingo en el Museo de Escultura Metálica de Villaldemiro.

En la exposición se localizan figuras que se componen con hasta 200 clavos reciclados. Así sucede con esas piernas y brazo del peregrino que sujeta un bastón, que ha tardado más de un mes en completar. Pero no podía faltar una alusión directa al Camino de Santiago por parte de alguien de la villa castreña. Y con una cantidad idéntica de materiales ha levantado la parte superior de un cuerpo humano sobre una base de madera que hace las veces de pantalón. Cuando empieza tiene claro lo que quiere conseguir, aunque «la pongo de todas las maneras y si veo que me sale otra cosa distinta la cambio» como cuando un boxeador se acabó convirtiendo en bailarina.

Sus obras las lleva a cabo soldando y las calienta con un soplete para darlas la forma que le apetezca, aunque ya se ha hecho con una pequeña fragua puesto que el método que emplea ahora le lleva mucho tiempo. Habitualmente le suelen decir que «todos parecen vascos», bromea, ya que esa característica forma de las puntas hace que la cabeza tenga una forma de chapela. ¿Y dónde se encuentran los mejores clavos? Pues Infante tiene claro que salen de las iglesias, por ello cuando observa que están reformando una no duda en preguntar a ver si se los pueden entregar. Algunos de sus trabajos únicamente llevan cinco, pero para el resto necesita acumular una buena cantidad para poder ejecutarlos.

Todo se ha elaborado con clavos y para el peregrino se han empleado unos 200. Todo se ha elaborado con clavos y para el peregrino se han empleado unos 200. - Foto: Jesús J. Matí­as

La muestra en Villaldemiro permanecerá abierta hasta después de verano, lo que le permitirá a Infante retomarlas después del parón obligado por la pandemia. Eso sí, solo estará lo último que ha elaborado y en su garaje guarda otras muchas obras. «Si me lo piden en otro pueblo también tengo material de años anteriores para poder desarrollar otra exposición», comenta. Se suele mover por las zonas rurales y así también ha recorrido este tiempo Iglesias, Padilla de Abajo, Villadiego, Oña e incluso Frómista o Santoyo (Palencia). En este caso se situará en la planta baja del Museo Andrés Villa, inaugurado en 2019.

Un escenario único en la región que se completa en la parte superior con esculturas metálicas de diferentes artistas y que el autor considera «una maravilla, ya que el que viene a ver hierro sabe que va a ver hierro».