La huella militar en Burgos

B.D.
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Una exposición de fotografías y maquetas revela la transformación urbanística que sufrió la ciudad tras la progresiva desaparición de una veintena de acuartelamientos y edificios de Defensa desde 1875 hasta 1998

El comandante Vadillo y el subteniente Hortigüela han sido los responsables del montaje de la muestra con material cedido por Jesús Cabezón. - Foto: Luis López Araico

A lo largo de su historia, la ciudad de Burgos ha sido una importante plaza de profunda tradición militar. Ese vínculo se remonta al asentamiento en el Castillo de la primera escuela de formación para artilleros y se estrechó especialmente a partir del último cuarto del siglo XIX con la construcción de una veintena de inmuebles e instalaciones de interés para la defensa, llegando a ocupar una cuarta parte de la trama urbana.

«Burgos alcanzó a sumar más de 10.000 efectivos. Ese carácter militar estaba plenamente integrado no solo desde el punto de vista urbanístico sino en el plano social», asegura el comandante Vadillo, responsable junto al subteniente Hortigüela de la exposición 'La huella del Ejército en Burgos', que se puede visitar en el Museo Histórico del Palacio de Capitanía.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 9 de abril y es de entrada libre, está formada por maquetas, fotografías y láminas que ofrecen una visión general de cómo se ha ido transformando la ciudad desde la última parte del siglo XIX hasta finales del siglo XX y cómo el Ejército facilitó la expansión de la trama urbana al demoler varios de sus edificios y trasladar algunos acuartelamientos a las afueras de Burgos. El material ha sido cedido por Jesús Cabezón, militar ya retirado.

Imagen aérea de Burgos de 1956.Imagen aérea de Burgos de 1956. - Foto: Luis López Araico

«Los edificios militares constreñían la expansión urbanística y gracias a la firma de diferentes convenios entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa fueron saliendo y se fue cosiendo la trama urbana que conocemos en la actualidad», apunta Hortigüela, tras recordar que en este momento los efectivos militares no llegan a 1.000.

Entre los documentos más interesante de la exposición se encuentra una maqueta de 1894 y una imagen aérea de la ciudad realizada en 1956, en la que se aprecia que entre la plaza de España y Villímar solo había tierras de labor, a excepción de la barriada Illera, que para entonces ya estaba construida.

Las imágenes se acompañan de breves textos explicativos sobre la historia de los diferentes acuartelamientos, como el de Infantería o el de Caballería de Lanceros, que estaba ubicado frente al Teatro Principal. También aparece el Cuartel de Sementales, en La Quinta; el Polvorín de las Rebolledas (del que solo quedan unas ruinas); el parque de Artillería de San Ildefonso o el parque de Intendencia en San Francisco.