La gestión de los distritos no está resultando una tarea fácil para el Ayuntamiento de Burgos. Dejados ya atrás los problemas que hubo en su día para su creación y la polémica política sobre el reparto de dinero, lo cierto es que las dificultades no han desaparecido. Ya el año pasado buena parte de los recursos reservados para inversiones no se ejecutaron (aunque podrán gastarlo este 2022) y ahora el problema viene dado porque algunas de las peticiones realizadas y en las que se empezó ya a trabajar podrían quedarse sin desarrollar.
Tocará elegir alguna y descartar otras, vino a decir ayer el concejal de Vías Públicas, Miguel Balbás, cuando relató, por ejemplo, que los vecinos del distrito centro seguramente tendrán que «priorizar» ya que «quizá no haya partida» para los dos proyectos que se están redactando en este momento sobre la mejora de la calle Fernán González (desde la Iglesia de San Nicolás hasta la calle Doña Jimena y la subida a Cabestreros) y el que debería de servir para solventar los «problemas urbanísticos de la calle Francisco de Vitoria, la glorieta de Jorge Luis Borges y su confluencia con la avenida del Cid.
No pudo precisar el concejal el importe que costará cada una de estas obras, pero ahí podría aparecer otro problema ya que, por ejemplo, si alguna de estas actuaciones rondara los 1,2 millones, la junta de distrito debería de renunciar a cualquier otro tipo de intervención durante 4 años (le corresponden entre 300.000 y 400.000 euros por ejercicio). Y si rondan los 2,5 millones, estarían decidiendo ya las inversiones de 8 años.
Algo así es lo que sucede con el proyecto para reordenar la urbanización de Santa Clara. Balbás afirmó que ejecutar esta intervención supondrá un desembolso de más de 1,1 millones de euros. En este caso, los vecinos de la zona sur deberían de decidir si se gastan el dinero de 3 o 4 años a esta actuación. Se reconoce incluso, llegado el caso, que habría que ver cómo se encaja un gasto de este tipo para que Intervención autorice el desembolso de manera plurianual.
En este caso, el proyecto recoge, el ensanchamiento de la acera junto al convento de Santa Clara, pero para ello ve necesario eliminar el carril que se dirige hacia el centro en el tramo comprendido entre la calle Ramón y Cajal y Santa Cruz.
Salvo que se decida acometer estas inversiones sin cargo a los distritos (ahora no se contempla), algunos proyectos están condenados a guardarse en un cajón.