«En el campo hay que incorporarse para vivir dignamente»

I.P. / Fuentecén
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ENTREVISTA | Apasionado del campo, lleva toda la vida entre trigos y viñedos en la explotación familiar de Fuentecén, donde nació en 1954, y como activista sindical agrario. Tras casi dos décadas al frente de la Unión de Uniones deja el cargo

José Manuel de las Heras, excoordinador nacional de la Unión de Uniones. - Foto: Patricia

Tiene las manos de alguien que ha pasado muchos años podando las viñas, la mente de quien ha tenido cargos de responsabilidad y el temple y sosiego de los que han pasado horas en mesas de negociación, siempre en defensa de la actividad agraria y de los agricultores, pero de los que viven encima del tractor, arando, sembrando y cosechando como única manera de generar economía para subsistir, los ATP (Agricultores a Título Principal). 

José Manuel de las Heras se ha curtido en mil batallas, desde las negociaciones con los ministros españoles del ramo hasta en Bruselas. Sindicalista en defensa del sector desde hace cuatro décadas largas, la pasada semana dejaba el cargo de coordinador nacional de la Unión de Uniones, que ha ocupado casi veinte años. También fue secretario general de Coag y tras la segregación de esta, dirigió la UCCL provincial. Dentro de unos días también dejará de ser el presidente de la Cámara Agraria Provincial. Es el adiós de un histórico en la defensa del campo. Ahora, dice, se dedicará a ser marido, padre y abuelo, pero eso no le impedirá seguir dirigiendo la explotación familiar, junto a su hijo. 

¿Con qué sabor de boca se va?
Me voy muy contento porque cuando nos salimos de Coag y creamos la Unión de Uniones, nadie creía que esta iba a salir adelante porque teníamos enfrente a las dos importantes organizaciones nacionales. Pero la Unión de Uniones tenía la base de sindicatos muy fuertes como la Unió de Pagesos, la Unió de Llauradors y la Unión de Campesinos de Castilla y León; todo fue sumando y poco a poco nos fuimos abriendo hueco en el panorama sindical. Ahora mismo se puede decir que en los territorios donde hay elecciones, tenemos representatividad, la primera fuerza es Asaja y a poca distancia, nosotros.

José Manuel de las Heras, excoordinador nacional de la Unión de Uniones.José Manuel de las Heras, excoordinador nacional de la Unión de Uniones. - Foto: Patricia

¿Siempre tuvo claro que quería dedicarse al campo?
Sí. Mi padre estaba obcecado en que me fuese a estudiar y yo le dije que de ninguna manera, que me quedaba en el pueblo. Por darle gusto hice muchos cursos por correspondencia, que vieran que estudiaba; fíjate que hasta hice un curso de mecánico de aviones. El pueblo era mi pasión, salía de la escuela, me cogía la bici y me iba a buscar a mi hermano a las fincas. Cuando mi padre se jubiló nos dio la hacienda a los dos y desde los 19 años aquí estoy. Nunca he entendido la vida sin ver tierra cada día. 

¿Y cómo recuerda aquellos inicios?
Pues mira, quizás mi hermano y yo cometimos errores de juventud, como querer hacer una explotación muy grande en poco tiempo; yo ahora, desde mi experiencia, digo a la gente que se incorpora que empiece a dimensionar la explotación poco a poco sin caer en grandes inversiones y empeños porque la agricultura no te proporciona un salario mensual y no sabes qué cosecha vas a coger ni que rendimientos tendrás. Nos tocó trabajar muchísimas horas para sacar adelante todo en lo que nos metimos y económicamente pasamos malos momentos.

Mis padres querían que estudiase y yo  quedarme en el pueblo; hice cursos a distancia solo por contentarlos"

Agricultor vocacional ¿pero el sindicalismo cuando llega a su vida?
Yo vivía un poco ignorante del tema y tras la muerte del dictador, empiezas a oír que la gente sale a la calle en Aranda, en Lerma, Burgos... y automáticamente mi hermano en moro y yo en bicicleta fuimos a buscar a los vecinos de Fuentecén para que salieran en manifestación; no faltó ni uno solo de los agricultores con sus tractores. No sabíamos mucho por qué estábamos allí, pero fue el inicio de tomar conciencia de la situación, ganas de saber, de organizarnos. Recuerdo que íbamos mucho a Villalmanzo a asambleas. Poco a poco nos fuimos organizando y así creamos el primer sindicato en Burgos, la Unión de Agricultores y Ganaderos de la Provincia de Burgos, y al día siguiente también se inscribía en el Registro Civil la Federación de Uniones de Agricultores y Ganaderos, la estructura por comarcas. Unos dos años o así más tarde nos fusionamos las dos. Así fueron mis comienzos en el activismo sindical. 

¿Qué cree que ha aportado durante todos estos años al sindicalismo?
Yo creo que hemos sido la voz crítica con todas las normas que se han puesto encima de la mesa. Tengamos en cuenta que en todos estos años es cuando la política europea, a través de la PAC, ha tenido unos cambios tremendos. Yo no entiendo ya una política del campo sin estar dentro del paraguas de la UE, pero la verdad es que ha sido muy cambiante y hacía difícil que el agricultor pudiera planificar sus explotaciones con visión de largo plazo. Y en ese sentido, siempre hemos trabajado para que se hicieran políticas a favor del agricultor y ganadero a título principal.
Han sido años muy difíciles porque la globalización de la economía ha estado marcada por los acuerdos de libre comercio con grandes zonas de producción de alimentos a quienes no se ha obligado a hacer las mismas prácticas agrícolas que a los países de la UE. Estamos en desventaja porque no se aplica el principio de la reciprocidad, que es exigir a los productos que entran a Europa las mismas prácticas que nos exigen a nosotros, y esa ha sido también una de nuestras eternas reivindicaciones, con la de las ayudas a los ATP. 

¿Y dónde queda la ilusión?
Sí, también hemos aportado eso. Yo sigo teniendo ilusión; a pesar de las cosas que puedan haber venido al revés, la agricultura es producir alimentos, ha existido, existe y existirá. Tenemos esa gran responsabilidad como la de cuidar el medio ambiente y si es posible, dejar la tierra mejor que como nos la encontramos y eso es un trabajo muy bonito; es verdad que estamos económicamente por debajo de otros sectores del conjunto de la sociedad, pero desde mi punto de vista, la agricultora es un oficio muy gratificante. 

Mi hermano y yo cometimos errores de juventud, queriendo crecer rápido, y pasamos momentos malos"

Y que ha cambiado muchísimo en los últimos años...
Afortunadamente se ha cambiado a mejor y a fecha de hoy hay mucha gente joven que se está incorporando con ilusión y que antes de entrar ha estudiado y son personas que intelectualmente están muy preparadas. A la agricultura hay que meterse para tener un modus vivendi digno pero también por vocación, no con afán de ganar dinero (para eso hay que meterse en otros sitios), sí para vivir dignamente, pero a la vez saber que estás produciendo alimentos y que estos tienen que ser sanitariamente buenos, y eso solo se puede hacer cuando hay vocación, no porque te obliguen a hacerlo, sino porque tú quieras. 

¿Cómo valora la presencia de la mujer en el sector? 
Es clave. En Unión de Uniones creamos el área de la mujer que está funcionado bastante bien. Yo no sé decirte si funciona mejor la titularidad compartida o no, pero lo que sí hay que dar es todo tipo de facilidades para que la mujer, en las mismas condiciones que el hombre, pueda incorporarse a la titularidad de ser agricultora o ganadera. Todos somos partes de un todo y si en el campo solo hay hombres no hay futuro, pero tampoco si solo hay mujeres. No entiendo por qué a estas alturas todavía hay diferencias entre hombres y mujeres y hay que trabajar para que no haya ni la más mínima diferencia. 

¿Las organizaciones agrarias, son más o menos necesarias que antes?
Nos lo han puesto tan difícil desde la Administración a la hora de gestionar burocráticamente el estar al día de nuestra actividad, que ahora son imprescindibles. Hoy nadie se plantea entrar en la agricultura si no entra paralelamente en una organización agraria. Y siendo verdad que tienen esa labor administrativa y de informar, las reivindicaciones van a tener que seguir existiendo. Esta PAC que han aprobado ahora, que no hay quien la entienda, ha exigido cientos de reuniones con la Administración cuando ha estado elaborando el Plan Estratégico Nacional, y sin embargo a la hora de transcribirlo, han plasmado las normas como les ha dado la gana; confío en que los compañeros este año sean capaces de cambiar muchas cosas de como ha quedado la PAC.

Hoy están entrando en el campo jóvenes muy preparados que darán nuevo impulso al sector"

¿Esta es la peor PAC de la historia?
Con diferencia, sí. Es un hecho el cambio climático, y que los agricultores lo tenemos que hacer cada vez mejor es cierto, pero todas las exigencias medioambientales que ahora nos quieren poner o decir que te doy una ayuda si haces este ecoesquema es lo más complicado que hemos visto hasta ahora. Se va a ir mucho dinero en el camino porque no se podrán cumplir las exigencias ambientales y, además, no se está poniendo ninguna traba a que productores de otros países lo hagan como nosotros. El gran déficit o problema que tiene la UE es que es muy valiente con sus agricultores diciendo que hay que hacer medidas y sin embargo no es capaz de exigir el principio de reciprocidad a otras partes del mundo. Europa es un mercado pequeño pero con poder adquisitivo para pagar y es muy atractivo, pero habrá que exigir que los demás hagan lo mismo y ya que no se pueden poner barreras arancelarias, sí poner barreras artificiales. 

¿Qué salvaría de la nueva PAC?
Salvar, salvar... como algo específico. nada; lo primero es que cuando hay menos dinero, a la hora de hacer compartimentos estancos va a haber mucho dinero que no se va a distribuir, el 23% va a ecoesquemas difíciles de cumplir y ese dinero será devuelto a la UE. Costaría muy poco salvar parte para poder cumplimentar las ayudas a los ATP, no en su totalidad, pero sí a los que tengan un 25% de sus ingresos provenientes de la PAC a los que se podría considerar perceptores netos, como nosotros hemos propuesto. Yo daría la ayudas a quien justifique año a año que cultiva la tierra y tiene ganado; eliminaría la burocracia por encima de todo, y más importante, haría una buena cadena alimentaria o la Ley que está hecha la desarrollaría, así como crear observatorios para ver cuales son los costes de producción y en función de estos, pagar al agricultor. 

¿Las negociaciones, con quien son más difíciles con Europa o con el Gobierno de España?
Con el Gobierno; es verdad que Bruselas pone unas pautas que no se pueden saltar, pero es fácil hacer con esas pautas una política agraria adecuada, y cada país ha presentado su plan estratégico nacional. Dentro del Gobierno, lo sabemos muy bien los que hemos estado en Madrid, hay piques entre el Ministerio para la Transición Ecológica y el de Agricultura. Muchas medidas son exigencias de la ministra y vicepresidenta Teresa Ribera que, además, lleva un ministerio que dialoga muy poco, por no decir nada, con las organizaciones agrarias. Tienen entrada mucho más los grupos medioambientalista, que es lógico, no digo que no, pero muy poco los agricultores y así se lo dijimos la pasada semana al secretario de Estado de Medio Ambiente, que tenemos que tener más voz. El MITECO ha puesto en el plan estratégico demasiadas exigencias medioambientales. 

No es nueva esa postura, recordamos las trabas en su momento a la presa de Castrovido...
Sí, claro. En un país seco como es España, lo que tenemos que hacer es optimizar cada vez más los recursos. Hubo unas peleas muy fuertes con la elaboración del proyecto de la presa, y yo creo sinceramente que no ha tenido un impacto ambiental negativo; creo que bien hecho puede ser positivo. Esperamos que el problema actual se resuelva cuanto antes porque el embalse puede regular un río que estaba haciendo daño, garantizar un caudal ecológico para mantener flora y fauna y garantizar riegos. Si habláramos más nosotros y los grupos medioambientalista tendríamos el equilibrio necesario, pero Medio Ambiente les escucha a ellos y no a nosotros.

Los sindicatos agrarios siguen siendo imprescindibles, hay que seguir reivindicando"

¿Cómo valora la Ley de Bienestar Animal?
Hemos trabajado bastante para salvaguardar lo que a nosotros nos compete fundamentalmente que es que se excluyera de la Ley a los perros de caza y a los que cuidan el ganado, y se han excluido; en ese sentido, estamos satisfechos. Creo que hay que hacer algo con respeto a que la gente no maltrate a los animales, pero ahora quien no conoce la Ley dice muchas tonterías, pero también quien la ha hecho no ha sabido diferenciar la realidad de los animales que viven en el medio rural con los que viven en la ciudad, que no tiene nada que ver. Si yo hubiera tenido algo que ver en el Gobierno, esta Ley no la hubiera sacado como está, hubiera esperado y abierto un gran debate con la sociedad poniendo un plazo de más tiempo. Creo que han ido con excesivo celo a hacer una Ley que va a molestar a muchos

¿Cómo se resuelve el tema de la proliferación de fauna silvestre?
Dando más precintos para hacer más batidas. El tema de los corzos es preocupante porque hay verdaderos rebaños; nosotros hemos dicho por activa y por pasiva que donde hay este problema, si no hay un depredador natural del corzo, cinegéticamente hay que buscar un equilibrio, es lo lógico.

Habla de no hacerse rico, pero como en cualquier empresa, el agricultor busca rentabilidad ¿La agricultura lo es en estos momentos?
Lo que es importante es tener una estabilidad y garantía de precios por encima de lo que cuesta producir. Desde hace unos años la subida de los inputs es grandísima, agravados por la guerra de Ucrania, que no hay quien lo pueda asumir. Estos escalones que hay actualmente están desestabilizando las ilusiones de mucha gente y arruinando a otros a quien no les salen los números. Y tampoco es bueno que suba mucho el cereal, porque suben los piensos y se arruina al ganadero. Ahora mismo es un momento muy difícil y delicado para la agricultura, también para el viñedo, y donde mucha gente se está haciendo rica y con muchos fondos buitres que vienen a invertir al campo, y cuando el campo sirve para especular es malo porque de forma artificial se altera el precio de la tierra y no hay rentabilidad para pagarla. Por eso, más que nunca se necesita un gran debate en torno a la agricultura para empezar a planificar el futuro. 

Y hay que acabar con esta guerra, ¿qué gana Europa con decir que sanciona a Rusia, si sabemos que frutas y hortalizas españolas y de empresarios de nuestro país en Marruecos están alimentando a los rusos?. Que engañen a quien quieran, a nosotros no. Las guerras son intereses de ricos y de países que quieren controlar el mundo a costa de que muchos mueran en el frente y que a agricultores como nosotros nos estén arruinando.

El Ministerio para la Transición Ecológica no dialoga con las OPAS, pero ha marcado la PAC"

¿Estás preocupado por el futuro de la viticultura por ciertos movimientos contra el consumo de vino?
En ese sentido no, los que llevamos tantos años en esto hemos visto a lo largo de toda la vida que hay puristas que se obcecan en considerar el vino como bebida alcohólica. Nosotros, el vino lo vemos como un alimento, y siempre y cuando no pase de unos grados determinados y se consuma como hay que consumirlo, es bueno. Depende que universidad diga una cosa u otra, para que el consumo aumento o baje. A mí lo que me preocupa de la política del vino y en concreto en la Ribera del Duero es la especulación y la deslocalización de la producción; no se pueden arrancar viñas en Castilla-La Mancha para poner allí placas solares y traer aquí los derechos. Si se deslocaliza lo único que se consigue es que no haya equilibro entre oferta y demanda. A nivel mundial, habrá momentos en los que se quiera demonizar el consumo, pero al final nunca ha pasado nada. Y solo hace falta echar la vista atrás en la historia a la Ley Seca y ver lo que pasó.