La espectacular generosidad de los burgaleses

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La Fundación Mayo Rey consigue en apenas cuatro días los 3.000 euros que solicitó para realizar prótesis a dos niños cameruneses que perdieron una pierna. Y no solo se llegó a esa cantidad en tan poco espacio de tiempo sino que se superó

Los pequeños Daipha y Abdul, con sus familias y el protesista Arios Bodin, en el Hospital Mayo Rey. - Foto: Fundación Mayo Rey

El pasado 1 de mayo este periódico se hizo eco de la historia de Abdul Fatou y de Daipha Celestine, un niño y una niña de Camerún a quienes les falta una pierna. La Fundación Mayo Rey, que dirige el pediatra burgalés Emilio Sastre, está empeñada en darles una oportunidad para que puedan caminar y que su vida sea lo más normal posible dentro de las circunstancias de esa África profunda tan empobrecida en la que viven. Por eso, y recordando otras veces en las que Burgos se ha volcado con la labor que hace el hospital allí construido, Sastre se atrevió a hacer un llamamiento a través de DB para recaudar 3.000 euros, la cantidad que habían calculado necesaria para sus prótesis. Pues bien, cuatro días después no solo les había llegado ese dinero a través del número de cuenta que se hizo público sino que había bastante más, exactamente 4.560 euros. "No tengo palabras para agradecer a toda la gente que se ha volcado para que estos dos niños puedan volver a andar. Nos gustaría dar las gracias personalmente a todas y cada una de las personas que han aportado su granito de arena y lamentamos que algunos de los donativos hayan sido anónimos porque no podremos dirigirnos de forma individual a quienes los han hecho".

El dinero sobrante se va a emplear en aliviar las necesidades del hospital y de sus pacientes, que siempre son tan apremiantes. "No sabemos aún cuánto quedará pero nuestra intención es comprar prótesis para varios amputados adultos a los que vi hace tres años y con quienes no pudimos hacer nada", explicó Emilio Sastre, que el pasado día 21 salió para Rey Bouba, la aldea que ya es parte de su vida desde que la descubrió hace décadas en un viaje. De allí, y de otros puntos de aquel continente, ha traído a varias niñas y niños con necesidades médicas acuciantes y el pequeño Abdul Fatou es uno de ellos. Aquí pasó una buena temporada en la que se le hizo una prótesis a medida y aprendió a usarla.

Pero Abdul creció -ahora es casi un adolescente- y aquella pierna artificial ya no le sirve, por lo que era necesario cambiarla para darle un futuro mínimamente digno, tal y como cuenta el pediatra. A Daipha la conocieron en el hospital cuando llegó con una herida en el tobillo que le impedía andar. La radiografía a la que fue sometida rebeló que se había infectado toda la articulación y que el tobillo y la tibia estaban destrozados por una gran osteomielitis, así que no quedó otro remedio que amputar.

La solución para ambos ya está en marcha: " Al ver cómo los ciudadanos de Burgos se han volcado en este proyecto nos hemos puesto enseguida a trabajar y el protesista Arios Bodin se desplazó desde Douala, en el sur de Camerún, hasta Rey Bouba para tomar las medidas de las piernas y tamaño de los muñones a Daipha y Abdul". En breve, las prótesis estarán hechas y los dos pequeños podrán volver a caminar, gracias, como dice Sastre "a Burgos, nuestra ciudad-patria a la que tanto debemos".