El americano que se enamoró de Burgos (y de España entera)

H. JIMÉNEZ
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Gregory Jordan, guionista estadounidense afincado en la ciudad, está a punto de estrenar una película sobre una leyenda del béisbol de los años 80 mientras tiene pendiente otra sobre el cantante burgalés Rubén Amoretti

Jordan suele trabajar en la biblioteca del Casino, en el Paseo del Espolón. - Foto: Luis L. Araico

Hasta 1990, Gregory Jordan era simplemente un muchacho de Baltimore que nadaba en el mismo equipo donde pocos años empezaría a destacar un tal Michael Phelps. Tenía entonces 20 años, se había apuntado a un intercambio cultural con España y había llegado a Madrid. Allí contactó con Ricardo Aldabe, olímpico en los Juegos de Los Ángeles 84 que había nadado con él en Baltimore y le ayudó a entrar en el Club Canoe. Pero no conocía el idioma y le costaba horrores entender las instrucciones que le daban los entrenadores hasta que Joaquín Duarte, un joven burgalés, le empezó a ayudar con las traducciones.

El día 15 de octubre de aquel año Joaquín le invitó a pasar unos días en su ciudad natal. A orillas del Arlanzón se encontró con Jesús Arribas y con los hermanos Fernando y José Cubillo. Y aquí le cambió la vida. "Conocí lo que era una comida de verdaderos amigos. La energía positiva. El buen rollo. La amistad y el compañerismo profundos. Todo eso me ayudó a llenar el agujero que había dejado la muerte unos años antes de mi hermano". Desde aquel momento aquel yankee pelirrojo se enamoró de Burgos, por extensión de España entera, y en el año 2010 lo haría de la burgalesa que hoy es su mujer.

Gregory Jordan es un licenciado en Humanidades, escritor y guionista. Espera con ilusión a que dentro de unos días se lance en Washington y Nueva York el preestreno de la película 'The Royal', distribuida por Samuel Goldwyn Company y basada en su libro 'Safe at Home' que cuenta la vida de una leyenda del béisbol estadounidense. Además, sigue trabajando en sacar adelante la película sobre la vida del cantante burgalés Rubén Amoretti, que también guionizará y cuyo ritmo de producción también ha sido otra víctima colateral del coronavirus.

May, a la izquierda, con el productor principal de la película, Scott Resnick. May, a la izquierda, con el productor principal de la película, Scott Resnick. - Foto: DB

Pero sobre todo es un castellano de adopción que subraya casi en cada frase su entusiasmo por el país que le ha acogido y en el que ahora vive con su esposa y sus dos hijos mellizos.

Lo mejor de cada tierra. Jordan trabaja muchas mañanas en la biblioteca del Casino, en ese edificio enorme que se asoma por igual a la Plaza Mayor y al Espolón (difícil ser más burgalés) y donde encuentra el silencio y la paz para concentrarse. Aunque esté a miles de kilómetros de su país natal: "No soy un expatriado de ninguna manera. Tenemos el privilegio de vivir en dos sociedades, y eso le da a uno la suerte de tomar lo mejor de cada una y escapar de las partes negativas. Como escritor, ese estímulo intelectual y espiritual que proporcionan dos culturas y dos idiomas es infinitamente rico. Ahora mismo estoy trabajando en un guión sobre la saga de Mota de Judíos al mismo tiempo que estoy escribiendo un libro sobre un sacerdote jesuita en Baltimore. Las historias se enriquecen mutuamente de la misma manera que lo hacen las culturas y los idiomas", defiende charlando en una mesa de La Favorita, un local en el que demuestra encontrarse como pez en el agua y donde saluda al personal como si fuera de la familia.

Gregory es un torrente de vitalidad y cultura. Lo mismo te habla de la luz de mediados de octubre que te define a Miguel de Unamuno como su "sol intelectual" o que te confiesa su reciente apasionamiento por los refranes españoles. Tiene un librito en el que se los apunta y su mujer se los explica con paciencia. El último que ha descubierto ha sido el de "A toro pasado todos somos Manolete" y lleva deleitándose varios días con él.

Pero volvamos a su periplo personal. Después de aquel paso por el Club Canoe, Jordan regresó a Estados Unidos, aunque por poco tiempo. Rápidamente cruzó de nuevo el océano para convertirse en asesor de Thomas Krens, quien era director de la Fundación Guggenheim cuando se estaba construyendo el museo de Bilbao. Eso le permitió volver a frecuentar Burgos "con más madurez" y redescubrir una ciudad "de gente trabajadora, con una cultura obrera, de fábricas, algo que es estupendo para un escritor porque no quiero convivir solo con artistas". Ahí surgió el amor con su mujer, y estuvieron una temporada hasta que se marcharon a EEUU, donde les pilló la pandemia.

Estar alejados de España, en un momento en el que además falleció su suegro, fue traumático y Gregory no quiere volver a repetirlo. Por eso está convencido de vivir en Burgos: "Suena absurdamente americano, pero qué grande es el país donde Jeff Bezos no es el dueño de tu carnicería, tu pescadería, y tu panadería, el país donde todavía puedes comprar un pescado entero y no en filete, o bajar a la calle a comprar tu pan o chuletillas el mismo día. ¡Que Dios proteja a los autónomos y las tiendas y mercadillos de Burgos!".

En lo profesional, este escritor devenido en guionista verá nacer en los próximos días su primera criatura cinematográfica, que tras el inminente preestreno llegará a los cines y a las plataformas de televisión a la carta en el mes de julio. 'The Royal' contará la vida de Willie Mays Aikens, un jugador de béisbol de las grandes ligas norteamericanas al que Jordan admiraba de niño. May acabó condenado a 20 años de cárcel por un asunto de drogas y su historia, tras salir de la cárcel, acabó siendo un ejemplo de redención.

Tragedia con final feliz. Negro, de Carolina del Sur, habitante de una casa sin agua corriente o sin calefacción, fue el vivo ejemplo de "una tragedia americana, exagerada como todo el país", cuenta el guionista. "Me encantan los personajes que se caen y vuelven a levantarse, y no solo estoy hablando de su trabajo, arte o deporte, sino de sus vidas. El exdeportista fue su ídolo de la infancia, y "es, fundamentalmente, un gran americano. Estados Unidos, en medio de tantas crisis de identidad en este momento, todavía está lleno de seres humanos impresionantes. Willie ha vivido una historia sobre deportes, racismo, drogas, familia, el sistema de justicia penal, la fe, la amistad, que es exclusivamente estadounidense en su tragedia y su triunfo. Willie es como Amoretti, son dos grandes, pero ambos se detuvieron en el precipicio espiritual. Y se recuperaron".

Precisamente la película sobre Amoretti, que se titulará 'El pescador de perlas', sigue en fase de preparación. Michael Weiss, que será el productor, confía en tenerla lista en el último trimestre del año 2023. Para entonces podríamos ver por fin reflejada en la pantalla la historia del único cantante en la historia de la ópera que ha cambiado su registro de tenor a bajo, algo a priori biológicamente imposible y que sucedió por culpa de una enfermedad rara que provocó un crecimiento inusitado de las cuerdas vocales. Tras perder la voz y verse ante el precipicio, Amoretti, como Willie, logró resurgir. Y ambos conquistaron el corazón y la pluma de Gregory Jordan.

Willie May Aikens: "Tomé malas decisiones y pude perderlo todo". El nombre de Willie May Aikens no dice mucho en tierras burgalesas, pero es una leyenda del béisbol en Estados Unidos. Era uno de los mejores bateadores del país, estrella del equipo de los Kansas City Royals entre finales de los años 70 y comienzos de los 80, hasta que su relación con las drogas truncó su carrera y fue sentenciado a 20 años de prisión por cuatro cargos de distribución de crack y uso de un arma de fuego.

Pasó 14 años en prisión y al salir se convirtió en un hombre nuevo. Ahora, en conversación telefónica con DB desde Missouri, explica que el paso por la cárcel "sanó" su vida. "La condena fue excesiva, pero creo que sin aquello que me pasó no habría parado y habría acabado muerto".

Tras la publicación en 2012 del libro de Gregory Jordan, ambos se hicieron más que amigos. "Somos casi de la familia, Greg es un gran hombre y un gran amigo", relata May, quien espera conocer pronto Burgos. Antes vivirá el preestreno de la película sobre su vida: "Es increíble, doy gracias a Dios por lo que me está pasando y espero que pueda ayudar a mucha gente. Yo tomé malas decisiones y quiero que la gente vea que es importante tomarlas buenas, porque de lo contrario puedes perderlo todo".

Willie habla un precioso español, aprendido durante los seis años de su paso por la liga de béisbol mexicana. Y con él expresa su confianza en que el filme biográfico "ahorita se vea que vivir en este mundo no es fácil, pero hay cosas buenas y malas pero se puede salir del pozo".