Laura González Mata, burgalesa de 21 años, está inmersa en la redacción de su trabajo de fin de grado -que tratará sobre el 'Fenómeno fan en la era de las redes sociales'- con el objetivo de graduarse cuanto antes en Periodismo en la Universidad de Valladolid para marcharse a Madrid, a estudiar un máster en comunicación corporativa en la Complutense. Sus planes no difieren mucho de los de cualquier universitaria a punto de cerrar la primera etapa de su formación superior, pero su situación personal, sí. Laura tiene reconocida una discapacidad del 76% a causa de una parálisis cerebral con afección motora que limita su autonomía en acciones cotidianas. Y eso, que nada tiene que ver con su capacidad intelectual, puede truncar sus aspiraciones académicas. Así que ha decidido movilizarse.
«Somos personas dependientes, pero queremos independencia», subraya Laura, para empezar a explicar por qué ha decidido registrar una pregunta en la página web Osoigo con el objetivo de que llegue al Senado y se abra en las Cortes Generales el debate acerca de la necesidad de actualizar y adecuar a las necesidades de los jóvenes con discapacidad del siglo XXI la conocida como ley de la dependencia, que, en realidad, se llama Ley de Promoción de la Autonomía Personal y de Atención a Personas en Situación de Dependencia.
(El reportaje completo, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)