En compañía y en el pueblo se vive mejor

A.C. /Espinosa de los Monteros
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Cáritas ha estrenado en Espinosa de los Monteros e Ibeas de Juarros el programa 'A tu lado', que trata de alejar a los mayores de la soledad

El grupo de mayores y los voluntarios realizando manualidades de decoración de perchas. - Foto: A.C.

Fuera el termómetro marca 5 grados, pero dentro del centro parroquial hay calor humano y alegría. Amaya, una de las voluntarias de Cáritas parroquial presenta: «Con todos ustedes la jovencita del grupo nos va a deleitar con una poesía de Espinosa de los Monteros». Y entonces Josefina, con 92 espléndidos años, se arranca a recitar un largo texto con el que su hija ganó un primer premio hace más de cinco décadas: «No sé si sabré expresar lo que Espinosa merece/ me pide mi profesor que le haga un resumen de lo que a mí me parece/ pues allá voy señores y en primer lugar les digo que para mí es este pueblo lo primero y más bonito/ pues tiene cosas que yo cuando estoy lejos, no olvido...». Ella es de las que solo sale de su casa, «si hace bueno a misa», y ahora también gracias al programa 'A tu lado'.

Es jueves y como todos los jueves, de cinco a siete, el nuevo programa de Cáritas reúne a personas mayores que viven solas o pasan demasiado tiempo en sus casas sin salir o realizar otras actividades. En Espinosa, poco antes de que llegara la pandemia, varios activos voluntarios de la parroquia decidieron ponerse manos a la obra para dedicar parte de su tiempo a los que, como dice Tielve, «se han entregado en cuerpo y alma por sus hijos y por sus padres». Al poco llegó el confinamiento y se observó que era más necesario que nunca «y había que seguir», como explica Laura Díez, la trabajadora social de Cáritas que va a coordinar 'A tu lado' en Espinosa e Ibeas de Juarros, los pioneros, y en Belorado y Villafría, donde se está empezando a preparar. Tras arrancarse el miedo al virus y pasar varias olas, en octubre comenzaron de lleno las actividades estimulantes y divertidas en Espinosa, pero tuvieron que detenerse de nuevo con la Omicron.

Ahora parece que va la vencida y ya no hay quien pare a un grupo que aspira a crecer y animar a todos los mayores que estén dispuestos a pasar un buen rato de compañía y estímulo. Las dos horas pasan rápido. Comienzan con manualidades, que ejercitan la destreza de las manos, pasatiempos para estimular la memoria, fichas... En el intermedio no falta el café o el chocolate con dulces. Después llega el repaso a la historia reciente de Espinosa releyendo ejemplares antiguos de la revista 'Velliga'.

Emilia, de 80 años, escucha con extrema curiosidad la lectura. Su vitalidad es visible. Dice que anda «8 kilómetros diarios o los que hagan falta» y un voluntario añade que nada «todos los días del verano en la presa del Trueba». Los versos de Las Nieves son los que más interés y risas despiertan. Así que una de las ideas es llevar un día a los niños danzantes de Las Machorras que los recitan para que reciten las historias de su tierra ante los mayores.

Los juegos cierran la tarde. El bingo con cartas, la zapatilla por detrás, las anillas, el balón... Ycuando haga bueno intentarán salir a la calle para probar con la rana, la petanca o lo que se tercie. «El movimiento les motiva», aseguran quienes han observado la evolución del grupo. Pero lo más importante es que se sigan escuchando las risas, las charlas o los recuerdos que les traen a la memoria quienes aparecen en las antiguas fotografías de 'Velliga'.

con la reina. En otros casos, ellos deciden rememorar sus recuerdos personales, como Conchi, de 87 años. Rápidamente añade bromeando: «Este año 88, y 60 de casada. Pobre Conchi, pobre Conchi». Ha traído una fotografía enmarcada en la que está junto a la reina doña Sofía. Curiosamente llevan un abrigo de piel prácticamente igual. Conchi dice que el suyo se va a ir directo a Ucrania. Relata que la imagen se tomó en el Pardo en 1979 en la «primera jura de bandera de la compañía de los Monteros» recuperada para la Guardia Real por el rey Juan Carlos I, donde fue acompañando a su marido, Juan José Angulo, entonces alcalde de Espinosa de los Monteros y que inició los lazos con la compañía.

Eva Rodríguez, trabajadora social de Cáritas para todo el Arciprestazgo de Las Merindades, destaca que «se busca que se sientan parte de la comunidad y se cuente con ellos». Crear el árbol de Navidad de madera y sus adornos, que se instaló en la parroquia les hizo sentirse parte de esa comunidad. «Si vemos la necesidad se implantará en otros grupos parroquiales», añade. El éxito está asegurado, a tenor de los resultados en Espinosa.